julio 24, 2015

Una obra humanitaria-II | Matutina para Jóvenes 2015

Tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí… En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. (Mateo 25:34-36, 40).
La iglesia es un lugar ideal para promocionar, practicar y desarrollar actividades humanitarias, como por ejemplo:
* Comedores comunitarios para indigentes y/o visitación para proveerles alimento, ropa, abrigo y techo.
* Asilos para indigentes, ancianos, madres solteras o abusadas, etc. * Formación de bolsas de trabajo.
* Atención médica, odontológica, psicológica, psicopedagógica y pastoral gratuita para gente de bajos recursos.
* Instrucción sobre vida saludable.
* Enseñanza de oficios para la vida práctica y la inserción laboral. * Visitación de enfermos en hospitales o en sus hogares.
* Visitación de presos.
* Actividades deportivas para sacar de la calle y la criminalidad a niños y jóvenes marginales.
* Actividades culturales para gente de bajos recursos.
* Apoyo extraescolar para estudiantes con problemas académicos que no pueden pagar un docente particular (matemáticas, inglés, etc.).
* Grupos para padres solteros, divorciados, con hijos problemáticos (drogadictos, alcohólicos, suicidas) o padres que han perdido a sus hijos; para depresivos, tímidos, jugadores compulsivos, alcohólicos, drogadictos, anoréxicos, bulímicos, solteros, ancianos, etc.
* Visita constante a asilos de ancianos para llevar programas culturales, recreativos y espirituales.
La lista podría continuar, pero prefiero invitarte a usar tu poder de observación, para detectar las necesidades de los más necesitados, así como tu creatividad, para ver qué pueden hacer tú mismo y tu iglesia, para brindar el mayor servicio posible a la humanidad que te rodea.
Ten vocación de “ángel”, y sé como Jesús, que “anduvo haciendo bienes”. (Hechos 10: 38)

DEVOCIÓN MATUTINA JÓVENES 2015
EL TESORO ESCONDIDO
Un encuentro con Dios en tu juventud
Por: Pablo M. Claverie
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