julio 22, 2015

Ministerios y dones | Matutina para Jóvenes 2015

Hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. (1 Corintios 12:4-7).
Ante tan divina tarea de rescate y de ayuda a la humanidad doliente que Dios encargó a su iglesia, ¿qué ser humano puede sentir que tiene la capacidad suficiente para lograr resultados tan trascendentes? Por eso, aun el gran apóstol Pablo, un campeón de la obra misionera, clamaba: “Y para estas cosas, ¿quién es suficiente?” (2 Cor. 2:16) y “no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios” (2 Cor. 3:5).
No, el ser humano por sí mismo, por muy buena voluntad que tenga, no es suficiente para realizar esta obra de carácter divino. Por eso, Dios mismo, que nos llamó a cumplir la misión cristiana, se ha responsabilizado de proveernos los recursos necesarios para realizarla. Y lo ha hecho asignando ministerios particulares o múltiples a cada uno y dotándonos de dones, o capacidades especiales, para que podamos cumplir nuestro ministerio.
Qué maravilloso es saber que tu vida tiene un propósito sublime, dentro del eterno plan de Dios, y que Dios tiene una misión especial, específica, que quiere que cumplas sobre la Tierra.
Nadie debe compararse con otro, ni sentirse inferior o superior. Todos somos necesarios e insustituibles dentro del plan de Dios. Hay cosas que nadie, sino tú, puede hacer por otro ser humano. Donde Dios te colocó, hay gente que te necesita, dentro o fuera de la iglesia, y tú puedes ser un canal de bendición para que Jesús pueda manifestarse a ellos.
Pide en oración que Dios te muestre dónde y con quiénes quiere que lo sirvas, que su providencia te relacione con las personas específicas a las cuales puedes servir, que te coloque donde él sabe que puedes servirlo más y mejor, y que te conceda los dones necesarios para servirlo. Verás cuánto gozo y desarrollo personal puedes lograr al ponerte en las manos de Jesús para ser su instrumento de bendición para los demás.

DEVOCIÓN MATUTINA JÓVENES 2015
EL TESORO ESCONDIDO
Un encuentro con Dios en tu juventud
Por: Pablo M. Claverie
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