julio 24, 2015

La billetera de Hawai | Matutina para Mujeres 2015

Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. (Hebreos 11:1)
Hace pocos años, asistí en Hawai a un retiro espiritual de familias de la Unión del Pacífico. Yo acababa de comprar un teléfono celular cuyo número solo mi esposo y yo sabíamos. La víspera del regreso a California, un miembro de iglesia nos dijo que le habían robado su billetera con trescientos dólares y sus documentos personales.
Tres días después de haber regresado a casa recibí una llamada en mi celular. La voz de un desconocido me dijo que deseaba verificar la dirección de quien había perdido su billetera, porque la había encontrado flotando en alta mar y quería enviársela por correo. Le pedí que se identificara y que me dijera dónde había conseguido mi nombre y el número de mi teléfono. “No haga preguntas”, contestó el misterioso personaje. Le di los datos, me agradeció y cortó la comunicación. Quedé intrigada, pero feliz de saber que la billetera había aparecido.
Pocos días después, ¡el hermano a
quel, que vivía en San Diego, recibió su billetera con todo el dinero y sus documentos, sin rastros de haber estado mojados! Nos quedamos perplejos. ¿Quién era el hombre que había llamado, y quién le había dado mi nombre y mi número de teléfono? ¿Qué hacía la billetera flotando en el mar?
¿Cómo pudo verla sobre las aguas? ¿Por qué no había llamado al dueño para verificar su dirección? De algo estamos convencidos: los ángeles del Señor ayudan continuamente a contestar las oraciones de fe. ¿No habrá sido un ángel el que llamó a mi celular para informar que la billetera había aparecido? Quiero pensar que sí.
Mi conclusión es que, tal vez, una persona robó la billetera y tomó uno de esos cruceros que llevan de paseo a los turistas, y que el ángel del Señor se la sacó para devolverla a su dueño fiel que oraba por encontrarla. Y llamó a mi nuevo celular para que yo pudiera compartir este milagro en mis escritos o presentaciones. ¡Qué maravilloso es el Dios al cual servimos!
“El creyente tiene siempre en el Señor a un poderoso auxiliador. Tal vez no sepamos cómo nos ayuda; pero esto sabemos: nunca falta su ayuda para aquellos que ponen su confianza en él” (Servicio cristiano, cap. 26, p. 270).— Ruth A. Collins.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA LA MUJER 2015
Jardines DEL ALMA
Recopilado por: DIANE DE AGUIRRE
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