julio 12, 2015

En su compañía | Matutina para Mujeres 2015

Así dice Jehová a la casa de Israel: “Buscadme y viviréis Amos 5:4
Acabo de regresar de mis vacaciones en Puerto Rico. Hacía tres años y medio que no iba a la isla. Anhelaba ver a mis familiares y amistades, pasar tiempo con ellos, comer juntos, caminar, reír, recordar… Y así fue; ¡pasé un tiempo muy feliz con ellos!
Cuando nos detenemos a pensar en cuán especiales son las relaciones humanas y en la importancia de estar en compañía, tenemos una vislumbre del anhelo de nuestro Creador de pasar tiempo con nosotros. Aun entre los animales se ve que la compañía es parte de su supervivencia, y un instinto natural.
 Los seres humanos vivimos una búsqueda constante de compañía y felicidad, porque el pecado ha dañado nuestra comunión con Dios. Satanás ha querido sustituirla con prácticas y hábitos nocivos. El alcoholismo, la promiscuidad y las adicciones son maneras de sustituir nuestra comunión con Dios e hipnotizar la mente. Brindan placer momentáneo, pero llevan a la destrucción. ¡Si tan solo pudiéramos entender que todo lo que el Señor nos pide es nuestro corazón, para que entremos en comunión con él!
Dios nos creó para su deleite. Los momentos más felices de mi vida son los que paso con mi esposo e hijas en la sala, conversando, reflexionando y riendo juntos. Nuestra conexión familiar se fortalece. Así se siente el Creador cuando convivimos con él.
Dios nos ama con un amor infinito, nos bendice a todos y nos acepta como somos. Sin embargo, aceptar no quiere decir aprobar. Él entiende nuestra naturaleza pecaminosa, pero no aprueba nuestros pecados. El pecado nos separa de Dios, y él desea estar en intimidad con nosotros siempre. Si elegimos hacer nuestra voluntad y separarnos de Dios, nos perderemos las bendiciones que ha preparado para nosotros.
El estudio diario de su Palabra, la oración ferviente y la contemplación de la naturaleza son los recursos más poderosos para fortalecer nuestra relación con el Creador. Podemos estar en su compañía constantemente. Pero ¡un solo pensamiento puede alejarnos de él! Es mi deseo que lo busquemos, lo amemos, lo conozcamos, lo sigamos, y esperemos en él. Confiemos en su Santo Espíritu.— Evelyn Nieves.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA LA MUJER 2015
Jardines DEL ALMA
Recopilado por: DIANE DE AGUIRRE
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