julio 22, 2015

¿Quién soy yo? | Matutina para Mujeres 2015

Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: “No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú”.(Isaías 43:1)
Recuerdo a un amiguito de mi infancia que, cuando le preguntaban dónde había nacido, él decía: “En un taxi”. ¡Su mamá no había tenido tiempo de llegar al hospital!
¿Qué habría respondido el niño Moisés? Imagino que habrá relatado cómo su mamá lo puso en una canastita, y la princesa lo rescató y adoptó. Moisés podía sentirse privilegiado. Lo educó su madre hasta los doce años y después, en el palacio, recibió la más alta educación civil y militar.
 Los ángeles le dijeron que había sido “elegido para poner fin a la servidumbre de su pueblo” (Patriarcas y profetas, cap. 22, p. 223). Pero cuando vio una pelea entre un hebreo y un egipcio, intervino, y luego tuvo que huir.
De sucesor del trono, pasa a ser pastor de ovejas. Y algo sucedió con su estima propia. De hombre preparado para ser un líder militar y político, ahora se muestra incapaz y sin valor. Cuando Dios lo llama para que se presente ante el faraón a fin de sacar de Egipto a los israelitas, Moisés responde: “¿Quién soy yo?”.
Muchas personas se sienten impotentes o incapaces ante las circunstancias de la vida. Cuando sus hijos se van del nido, madres que han pasado muchos años dedicándose al hogar se preguntan: “¿Quién soy yo?”. Personas mayores piensan: “Si no me escuchaban antes, ¿por qué alguien me va a escuchar ahora?”.
 Quizás alguna discapacidad te ha hecho sentir que nunca podrás realizar tus sueños. Quizá como madre te sientes desanimada porque tus hijos han elegido un camino diferente al que deseas para ellos. Quizás eres joven y aún estás pensando qué carrera seguir o qué rumbo tomar. Pero, así como Dios le dijo a Moisés: “Yo estaré contigo” (Éxo. 3:12), te dice hoy a ti: “No te sientas incapaz, no te sientas indigna. Eres mi hija; entregué a mi Hijo por ti. Vales mucho más de lo que imaginas. Yo estaré contigo”.
Cuando te preguntes “¿quién soy yo?”, responde: “Soy una hija de Dios. Fui comprada con su sangre”. ¡Eres valiosa ante los ojos de Dios!.— Nibia Mayer.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA LA MUJER 2015
Jardines DEL ALMA
Recopilado por: DIANE DE AGUIRRE
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