julio 26, 2015

El evangelio según “yo” | Matutina para Mujeres 2015

“Vuélvete a tu casa, y cuenta cuán grandes cosas ha hecho Dios contigo”. Y él se fue, publicando por toda la ciudad cuán grandes cosas había hecho Jesús con él. (Lucas 8:39)
Mi abuela conoció el evangelio de muy pequeña, por medio de Salvador Marchisio, el primer misionero adventista en México, a principios del siglo xx. Ahí, en un pequeño pueblo del centro del país, aprendió a vivir su fe y educó a sus hijos en la esperanza del advenimiento de Jesús. En medio de sus actividades cotidianas, siempre tuvo tiempo para cantar alabanzas a Dios, hablar de su Palabra y asistir a la iglesia.
Además, no perdía oportunidad para contarles a sus nietos y bisnietos las grandes cosas que el Señor había hecho en su familia. Ella nunca viajó a lugares lejanos ni conoció otros países pero, en su lugar de origen, cumplió con la parte que le tocaba hacer. Hasta el último día de su vida guardó la esperanza de encontrarse con el Padre celestial. Para mí, la vida de mi abuela fue todo un testimonio, una buena noticia de lo que Dios puede hacer en la vida de un ser humano.
Cada una de nosotras tiene que escribir su propio evangelio, esa historia que narra cómo conocimos a Jesús, qué desafíos enfrentamos para entregarle todo, cómo fue ganando espacios en nuestra conciencia. Por supuesto, la vida espiritual estará llena de desafíos. Por lo tanto, todas tenemos una historia que contar, un evangelio que escribir todos los días, en la medida en que avanzamos en nuestro paso fugaz por este mundo.
“Somos llamados, como lo fue Juan, no a ocupar el lugar de Cristo, sino a testificar de la luz, a dirigir las mentes de otros hacia él, diciéndoles: ‘He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo’. Que ninguno de los que debieran dar testimonio en favor de Cristo se destaque a sí mismo y procure atraer la atención de la gente hacia él, sino que se esfuerce por ensalzar a Jesús, hasta que las simpatías y los afectos sean conducidos hacia el Salvador del mundo” {Hijos e hijas de Dios, p. 283).
Este día te invito a usar tu vida para encauzar las miradas de los demás hacia Jesús. Que tus palabras y tus acciones cuenten a los demás las grandes cosas que el Padre celestial ha hecho en tu vida y en la de tus seres queridos.— Gabriela Hernández de Medina.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA LA MUJER 2015
Jardines DEL ALMA
Recopilado por: DIANE DE AGUIRRE
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