julio 05, 2015

“Quitad la piedra” – 2 | Matutina para Mujeres 2015

Jesús le dijo: “¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? Juan 11:40
Marta creía, aunque no comprendía todo. Su falta de comprensión se manifestaba en momentos de duda, de vacilación; su fe necesitaba seguir creciendo. Al igual que sucede con nosotras, lo leemos en la Biblia y creemos, pero nos asalta la duda, el enemigo nos susurra al oído. Gracias a Dios que Jesús tiene con nosotras la misma paciencia que tuvo con Marta: no la juzgó por su flaqueza, más bien le enseñó que: “Al que cree todo le es posible” (Mar. 9:23).
Cuando Jesús dio la orden: “Quitad la piedra” (Juan 11:39), la estaba invitando a trabajar en equipo con el Señor, a poner algo de su parte. Pero los miedos, las dudas y el carácter impulsivo de Marta se interpusieron ante el milagro que traería gozo y alegría para ella y su familia. Quiso “ayudar” sin darse cuenta de que actuaba como la piedra que obstaculizaba la entrada del sepulcro: “Señor, hiede ya, porque es de cuatro días” (vers. 39). Rápidamente, pasaron por la cabeza de Marta los cuatro días que su hermano había estado en la tumba. ¿Qué diría la gente?
Esto es lo que nos sucede también a nosotras. ¡Qué vergüenza pasaremos ante los amigos, los vecinos y los hermanos de la iglesia! Buscamos a Jesús en nuestra prueba y, cuando él está listo para ayudarnos, cuando quiere quitar la piedra, nos da vergüenza, no queremos y, más bien, nos paramos frente a la piedra y expresamos todas nuestras excusas: “Ya es muy tarde”, “no puedo cambiar”, “yo no tengo arreglo”. Nuevamente Jesús, con su paciencia y mirada fija, le recuerda a Marta: “¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?” (Juan 11:40).
¿Qué nos impide ver la gloria de Dios? ¿Cuál es la roca que Jesús debe quitar en nuestra vida? ¿Hay algún hábito, vicio, persona, pecado, que imposibilita que nuestra fe crezca y se fortalezca? ¿Qué nos impide trabajar en equipo con Dios? Oremos al Señor y pidámosle que nos muestre cuál es la “una cosa” que nos falta para acercarnos a él, y no dudemos en el momento en que Dios quiera realizar el cambio en nuestra vida. Que pronto podamos escucharlo decir: “Por cuanto creiste, verás ahora mismo la gloria de Dios”.— Samantha Rozo-Robin.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA LA MUJER 2015
Jardines DEL ALMA
Recopilado por: DIANE DE AGUIRRE
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