junio 21, 2015

Crónica de un muerto olvidado | Matutina para Adultos 2015


“¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin el permiso de vuestro Padre. Pues bien, aun vuestros cabellos están todos contados. Así que no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos” (Mateo 10:29-31).
En estos tiempos se clasifica a los países por su producto interior bruto (PIB), su renta per capita, el nivel de formación de sus ciudadanos o su respeto y tutela de los derechos humanos. Pues bien, Suiza se encuentra entre los primeros del ranking de países más civilizados.
 Por ello, causó tanto estupor y vergüenza el documental Crónica de un muerto olvidado, de Pierre Morath, emitido en la televisión suiza el 16 de enero de 2013. En esta filmación se cuenta que un hombre de cincuenta y tres años, Michel Christen, murió en su apartamento del barrio de las Acacias de Ginebra en enero de 2003 y el cadáver permaneció ahí hasta mayo de 2005.
Después de una investigación que duró varios años, el productor del documental ha resucitado la noticia y ha puesto “el dedo en la llaga” de la población ginebrina. ¿Cómo es posible que durante veintiocho meses, aquel ciudadano deshollinador de oficio, padre, vecino de la finca, con amigos, bombero voluntario, muriera pasando inadvertido por todos sus conocidos? Pierre Morath dice: “Su historia es como un descenso a los infiernos; una herida le impide ir al trabajo. Allí, solo, se consume en el alcoholismo, se convierte en odioso para su familia, la pierde, ensombrece en una miseria psicológica y social”.
 La sociedad opulenta no quiere saber nada de esos muertos olvidados, posiblemente porque desvelan las miserias humanas que esconde debajo del desarrollo y el estado del bienestar. Pero no se puede callar, ni ocultar la realidad: en Suiza, la policía descubre un promedio de cuatro muertos olvidados por mes; y en Francia, ¡se encontró un cuerpo que llevaba diecisiete años muerto y olvidado en una casa de Lille!
Esto nos hace reflexionar sobre el drama de las relaciones humanas en el mundo de hoy. Pero Dios no se olvida de nosotros: “¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? ¡Aunque ella lo olvide, yo nunca me olvidaré de ti!” (Isa. 49:15).
El versículo de hoy dice que ningún pajarillo “cae a tierra sin el permiso de vuestro Padre” aun a pesar de su escaso valor. Lo mismo promete a los creyentes:
Dios no se olvidará de nosotros en ningún momento. Desde su morada, mira con interés cada uno de nuestros pasos para indicarnos el mejor camino a seguir.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2015
Pero hay un DIOS en los cielos…
Por: Carlos Puyol Buil
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