“Vosotros sois la luz del mundo” (Mateo 5:14).
Cuando regresaba a su país, un misionero estadounidense compró en un mercadillo de Hong Kong un collar que le costó 30 dólares. Un joyero que lo vio en San Francisco (EE.UU.) le ofreció 500 dólares por el collar, pero el misionero no lo quiso vender.
Más tarde, de visita en la ciudad de Nueva York, entró en la famosa joyería Tiffany y pidió que lo tasaran. Así lo hicieron ¡y lo valoraron en 30.000 dólares! Además, le aseguraron que estaban dispuestos a comprárselo. El misionero, asombrado, aceptó venderlo, pero con una condición: que le dijesen cuál era el secreto de su valor. El dependiente le mostró detrás de cada gema dos iniciales: N. J. El collar era una pieza histórica. Se trataba del regalo de bodas de Napoleón Bonaparte a su esposa Josefina. Así ocurre con aquellos a los que Jesús dice: “Vosotros sois…” Ocultas en alguna parte, llevamos grabadas las iniciales de nuestro Salvador que nos identifican como suyos.
Solamente el gran Yo Soy de la zarza ardiente y el Yo Soy del evangelio pueden señalar con su dedo a aquellos que le pertenecen: “Vosotros sois…”
Esta expresión apologética aparece primero en la Alianza del Sinaí: “Ahora, pues, si dais oído a mi voz y guardáis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra” (Éxo. 19:5). Después la encontramos en los pasajes donde Dios se defiende de los falsos dioses:
“Vosotros sois mis testigos y mi siervo que yo escogí” (Isa. 43:10). También inmediatamente después de las bienaventuranzas: “Vosotros sois la sal de la tierra […] la luz del mundo” (Mat. 5:13, 14) o cuando Jesús establece los vínculos con sus discípulos: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos” (Juan 15:5),
“Vosotros sois mis amigos” (15:14). Pedro la usa para indicar la dignidad y misión de la Iglesia: “Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios” (1 Ped. 2:9) y, finalmente, en el Apocalipsis la expresión cambia de forma pero no de significado cuando identifica al remanente:
“Aquí están los que guardan los mandamientos de Dios, y la fe de Jesús” (Apoc. 14:12, RVA).
Pero si el carácter apologético de la expresión nos identifica y dignifica como el verdadero pueblo de Dios a pesar de nuestra apariencia humilde y sencilla, “vosotros sois” nos compromete y responsabiliza con el cumplimiento de la misión que nos ha sido asignada en el mundo.
¿Ya has descubierto las iniciales de Cristo en tu vida y carácter?
DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2015
Pero hay un DIOS en los cielos…
Por: Carlos Puyol Buil
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