“Esta es a la verdad la más pequeña de todas las semillas, pero cuando ha crecido es la mayor de las hortalizas y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas” (Mateo 13:32).
Durante la primavera de 1977, el círculo restringido que organizaba coloquios para la reina Sofía de España, en el que yo era un consejero, sugerimos ir de excursión a un lugar de la sierra de Madrid llamado la Fuente de la Reina.
Ella aceptó y, en plena naturaleza, sin protocolos, sentados todos en la hierba, degustamos una exquisita comida. Y en aquel clima entrañable de amistad y con profundo respeto por la soberana, le obsequié algunas miniaturas: una ficha microfilme de 5 x 5 cm con toda la Biblia en inglés, un facsímil en miniatura de una jarrita del Qumram con uno de los manuscritos del Mar Muerto que había comprado en el Museo del Libro de Jerusalén y el libro más pequeño del mundo que contenía el Padrenuestro en siete idiomas. La reina Sofía agradeció los obsequios, se hicieron fotos y, al caer la tarde, regresamos a Madrid.
La miniatura del Padrenuestro procedía del Museo Gutenberg de Maguncia (Alemania). Medía 3,5 x 3,5 mm. La imprenta y el pliegue eran un verdadero primor artesanal. El museo lo ofrecía en un estuche que llevaba una pequeña lupa, de manera que el texto era perfectamente legible. El libro más pequeño del mundo contiene la oración más pequeña del mundo, el Padrenuestro, como una semilla de mostaza de las enseñanzas de Jesús. En tan solo cinco cortos versículos se formula la oración modelo en el Evangelio de Mateo.
Breve, corta, concisa, no es una oración prolija, ni palabrera. Sin embargo, es una oración universal, la más conocida, la más recitada, la más completa; es la oración modelo, el esquema y bosquejo de todas las oraciones del mundo.
La oración es el clamor de la necesidad dirigido hacia Aquel que es el único que puede aliviarla; es la angustia del pecado dirigida a Aquel que es el único que puede perdonarlo; es la súplica de la indigencia, el sometimiento de la humildad, el fervor del arrepentimiento, la creencia de la piedad.
El Padrenuestro presenta en su maravillosa brevedad una riqueza, una plenitud, una continuidad y una simetría de pensamientos que la convierten, como decía Tertuliano, en el resumen admirable del evangelio entero, en la oración por excelencia de todos los cristianos.
Antes de salir a tus labores cotidianas, ora a Dios este día. Recuérdale tu profundo amor hacia él y la gran necesidad que tienes de su compañía.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2015
Pero hay un DIOS en los cielos…
Por: Carlos Puyol Buil
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