La oscilación de la cumbre más alta del mundo se debe a que la cordillera del Himalaya, en la que está enclavada, descansa sobre dos placas tectónicas.
El terremoto de magnitud 7,8 que sacudió
Nepal el 25 de abril, además de cobrarse más de 8.700 vidas y destruir medio
millón de casas, movió la montaña más alta del mundo.
De acuerdo a un
estudio Instituto Nacional de Cartografía y Geología de China, el potente sismo
desplazó en Everest tres centímetros hacia el suroeste.
Sin embargo, la
montaña no perdió altura, que con 8.848 metros, sigue siendo la más elevada del
planeta.
El terremoto sí
revirtió el desplazamiento que venía sufriendo el Everest, que en la última
década se ha movido 40 centímetros hacia el noroeste, además de crecer 3
centímetros.
La oscilación de la
cumbre más alta del mundo se debe a que la cordillera del Himalaya, en la que
está situada, descansa en el lugar en el que se encuetran dos placas tectónicas:
la indoaustraliana y la euroasiática.
La primera empuja a la
segunda a una velocidad de dos centímetros por año.
El Everest no perdió altura y con 8.848 metros sigue siendo el pico más elevado del planeta.
Es el mismo proceso geológico por el que nació la propia cordillera.
Pero no fue el Everest
el único que se desplazó por el terremoto del 25 de abril. El valle de Katmandú, situado a unos 80 kilómetros
del epicentro, se movió dos metros al sur a causa del temblor.
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