junio 04, 2015

Enseñar con autoridad | Matutina para Adultos 2015

“Cuando terminó Jesús estas palabras, la gente estaba admirada de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas”. (Mateo 7: 28-29)
La gente de Nazaret fue impresionada cuando le oyó predicar en la sinagoga: “Vino a su tierra y les enseñaba en la sinagoga de ellos, de tal manera que se maravillaban y decían: ‘¿De dónde saca éste esta sabiduría y estos milagros?’ ” (Mat. 13:54). La admiración por la enseñanza de Jesús era evidente. El apóstol
Juan nos cuenta cuál fue la reacción de los ministriles enviados por los fariseos para que arrestaran a Jesús. Cuando volvieron sin él, dijeron: “¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!” (Juan 7:46). Cuando Jesús preguntó a los apóstoles si también ellos querían marcharse, en el triste desenlace del sermón del pan de vida, Pedro respondió: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna” (Juan 6:68). Elena de White nos revela en el libro La educación siete de los secretos que daban excelencia y poder a la enseñanza de Jesús:
  1. Conocía y comprendía el alma humana: “El que trata de transformar a la humanidad, debe comprender a la humanidad” (p. 71).
  2. Vivía y practicaba lo que enseñaba: “No solamente enseñó la verdad; él era la verdad” (p. 71).
  3. Denunciaba y reprendía el mal sin paliativos: “Cristo reprendía fielmente. […] Delataba el mal como enemigo de aquellos a quienes trataba de bendecir y salvar” (p. 71).
  4. En cada ser humano discernía posibilidades infinitas: “Veía a los hombres según podrían ser transformados por su gracia” (p. 72).
  5. Recibía vida de Dios y la impartía a los hombres: “Como hombre, suplicaba ante el trono de Dios, hasta que su humanidad se cargaba de una corriente celestial que unía la humanidad con la Divinidad” (p. 73).
  6. Se concentró en lo fundamental: “No se ocupó de teorías abstractas sino de lo que es imprescindible para el desarrollo del carácter” (p. 73).
  7. Unía las cosas temporales con las de la eternidad: “Establecía la verdadera relación entre las cosas de esta vida, como subordinadas a las de interés eterno pero no negaba su importancia” (p. 74).
Elena de White concluye así: “En presencia de semejante Maestro […] es una necedad buscar una educación fuera de él […] apartarse del Manantial de aguas vivas, y cavar cisternas rotas que no pueden contener agua” (p. 75).
Acepta hoy las grandes enseñanzas de Jesús.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2015
Pero hay un DIOS en los cielos…
Por: Carlos Puyol Buil
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