Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse. Daniel 1:8.
Cuando comparamos el conflicto espiritual que se plantea en el Apocalipsis -entre Dios y su pueblo contra las fuerzas del mal- con el que se muestra en forma más tangible, a través de relatos históricos, en el libro de Daniel, encontramos muchísimas similitudes. Tanto los hechos históricos de Daniel como sus profecías se transforman en clave para entender el sentido espiritual y profético del Apocalipsis.
¿Era un fanático legalista Daniel, que se fijaba en cosas intrascendentes como el tema de la alimentación? De ninguna manera. El sabía que su mente, su corazón y su voluntad serían gobernados por otro poder fuera del de Dios si él empezaba a hacer concesiones en estas “pequeñas cosas”, como el tipo de alimentación. Después seguirían claudicaciones en cosas mayores, hasta que terminaría abandonando a Dios y sus principios, para sucumbir ante la idolatría y la inmoralidad reinantes en Babilonia, el mayor poder de la Tierra en ese entonces.
Según veremos en el Apocalipsis, de esto se trata, a escala más universal, el conflicto espiritual que ocurre en el mundo. La Babilonia simbólica quiere lavar el cerebro del hombre, para que piense como Satanás, con sus principios de autonomía y rebelión contra Dios. El desafío de cada hijo de Dios es, como Daniel, tener la firmeza para no dejarse contaminar por el vino de Babilonia (ver Apoc. 14:8; 17:2; 18:3).
Quizás hoy no tengas, como Daniel, la tentación de estar en un suntuoso palacio, lleno de lujos y placeres pecaminosos. Pero ciertamente el enemigo de Dios te presenta una cantidad de seducciones y presiones provenientes del mundo en el que vives, para lavar tu cerebro y alistarte en sus filas rebeldes.
Por eso, proponte hoy, como Daniel, no contaminarte con falsas ideas, falsos valores y falsos sistemas de conducta moral, provenientes de la cultura que te rodea -especialmente a través de los centros del saber y de los medios masivos de comunicación-, sino presérvate puro para Dios, siendo fiel a su voluntad revelada en la Biblia. Si lo haces así, como Daniel, brillarás para el Reino de Dios.
DEVOCIÓN MATUTINA JÓVENES 2015
EL TESORO ESCONDIDO
Un encuentro con Dios en tu juventud
Por: Pablo M. Claverie
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