Skip to content
“Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre
que está en los cielos es perfecto” (Mateo 5:48).
En el largo proceso de la salvación, ha existido
siempre un ideal, una suprema aspiración que ha servido de motor del proceso
mismo. Es el ideal de perfección: “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro
Padre que está en los cielos es perfecto”. ¿Qué es la perfección? ¿Es un ideal
alcanzable o inalcanzable? ¿Tiene un valor absoluto o relativo? ¿Cuál es el
modelo?
Desde los orígenes del cristianismo, la perfección
del creyente ha sido objeto de ásperas discusiones que, en algunos casos, dieron
lugar a actitudes y palabras contrarias al ideal mismo que se debatía. Las
principales conclusiones que se han dado, pueden resumirse en
cuatro:
Pesimista. La perfección es un ideal moral
inalcanzable para el hombre, solo Cristo lo consiguió.
- Voluntarista. Constituye el objetivo supremo de la
vida cristiana al que todos debemos tender.
- Coercitiva. Es una condición necesariamente
imperativa de la salvación.
- Vicaria. La perfección absoluta solo existe en Dios,
en el hombre tiene un valor relativo. Pero todos podemos ser perfectos en Cristo
y por Cristo. Esta postura corresponde a la tesis
bíblica.
- La palabra empleada en el Nuevo Testamento para
“perfecto”, es el adjetivo téleios, que significa “pleno”, “completo”, “que ha
alcanzado su desarrollo posible”, “que ha obtenido su objetivo” o “que ha
llegado a la madurez”. ¿Qué madurez? La que corresponde a cada individuo
involucrado. Esta palabra describe muy bien la conquista de la madurez
espiritual fundada en la fe.
- Hecha la salvedad de que no son lo mismo la
perfección y la santidad divinas, por sorprendente que parezca, solo encontramos
un pasaje en la Biblia que presente la perfección como un atributo divino: el
versículo de hoy. Los escritores sagrados jamás han querido hablar de la
perfección de la Divinidad, como lo hacen de la santidad, para definir la
naturaleza de Dios. El término “perfecto” está siempre aplicado a las obras de
Dios, a sus caminos, a su Ley, a su omnisciencia. Incluso en esta declaración de
Jesús se relaciona la perfección divina con la misericordia que debemos tener
con todos los hombres (Mat. 5:46-48).
Así pues, ¿perfectos? Sí, como Dios es perfecto,
pero como dice Elena de White: “Así como Dios es perfecto en su esfera, hemos de
serlo nosotros en la nuestra” (Patriarcas y profetas, p.
558).
Procura en este día alcanzar la perfección cristiana
que Dios espera de ti.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2015
Pero hay un DIOS
en los cielos…
Por: Carlos Puyol Buil
0 comentarios:
Publicar un comentario