He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén. Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso. Apocalipsis 1:7, 8.
Con el mensaje de hoy, iniciamos nuestras reflexiones sobre el Apocalipsis. Muchas personas solo ven en este libro un sinónimo de catástrofes, desastres, destrucción y el fin del mundo. Y, si bien estos elementos están presentes en el Apocalipsis de Juan, no son su tema central. El tema principal del Apocalipsis, el que le da su sentido y valor, es la persona maravillosa de Cristo: su obra redentora en favor de nosotros hace dos mil años en la Cruz, su obra sustentadora de su iglesia a lo largo de la historia y, especialmente, su segundo advenimiento a la Tierra.
Jesús se presenta a sí mismo, en el Apocalipsis, con títulos y descripciones de su Persona divina que son sublimes, que transmiten una inmensa seguridad en su amor, y su poder para salvar y para darnos la bendita esperanza de que la muerte fue y será vencida para siempre por su poder: “Yo soy el primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades” (Apoc. 1:17, 18).
Con estas palabras, Jesús quería transmitirle a Juan, y por medio de él a nosotros, la seguridad de que él es el Ser todopoderoso, Creador de los cielos y de la Tierra, autor de la historia humana y de nuestra propia historia personal, quien la inició y la terminará, en cuyas manos la vida de su iglesia y de sus hijos está segura, no importa por qué tormentas, tempestades, calamidades y conflictos tengamos que pasar.
Esta es la bendita esperanza que presenta el Apocalipsis, y hacia la cual apuntan y desembocan todas sus profecías: el retorno glorioso de nuestro Señor Jesucristo con el objeto de llevarnos a vivir para siempre con él en ese mundo de paz y amor que está preparando para todos los que, a su vez, se estén preparando para él.
DEVOCIÓN MATUTINA JÓVENES 2015
EL TESORO ESCONDIDO
Un encuentro con Dios en tu juventud
Por: Pablo M. Claverie
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