diciembre 10, 2015

La familia | Matutina para Mujeres 2015

Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, aJudea, a la ciudad de David, que se llama Belén… estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón. Lucas 2:4-7
La Navidad paraliza al mundo. Cuando llega, una gran porción de la humanidad se detiene para meditar en lo que hace varios siglos le ocurrió a una madre soltera. Muchos en todas partes guardan sus herramientas y acuden a los templos para recordar lo que le ocurrió a un artesano de un pueblo inculto cuya mujer no hallaba dónde dar a luz.
Millares de todo pueblo y nación se descubren ante el recuerdo de un Niño que nació donde lo hacen las bestias, y durmió su primera siesta en la caja donde comen los animales.
Esos personajes cambiaron el mundo.
Por ello, esa madre, ese carpintero y ese recién nacido no pertenecen solo a los judíos. Pertenecen a la humanidad.
Y no solo pertenecen a la gente buena, también a la mala. No solo son del linaje del procer David. También lo son de Rahab, la ramera que un día adoró a Moloc. Y de Rut, que durante la infancia se postró ante Quemos y hablaba el hebreo con acento. Y de Salomón, el rey cuyo rebaño de mujeres era casi tan numeroso como el de sus caballos. Y de Manasés, el rey que sacrificó sus hijos a los ídolos.
Sí, José, María y Jesús pertenecen a todos los hombres, tanto a los reyes como a los pastores. Pertenecen a los hombres que les llevaron regalos desde el Oriente pagano, y a los egipcios que les dieron refugio ante la persecución de Heredes el Grande.
Pertenecen a Judas y a Juan, a Hitler y a Gandhi, nos pertenecen a ti y a mí. Solo que unos les dan posada en su corazón y otros lo dejan fuera.
¿Qué haremos en esta Nochebuena con el Niño que está por nacer? ¿Lo echaremos del mesón del alma porque ya está ocupado por otros intereses? ¿O le abriremos la puerta del corazón? Eso, querida hermana, no decide el destino de ese Niño, de esa mujer con espasmos y de ese carpintero angustiado; no, esa determinación decide el nuestro.— Leticia Campechano.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA LA MUJER 2015
Jardines DEL ALMA
Recopilado por: DIANE DE AGUIRRE
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