“Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?” (Ester 4: 14)
Durante la Edad Media en España, los períodos de depresión económica se caracterizaban por persecuciones y promulgación de leyes antisemitas, así como expulsiones y matanzas en este sector de la población.
Y tristemente, desde los tiempos de la reina Ester, esto ha sido una constante en la historia de los judíos quienes, debido a la envidia suscitada por las riquezas que acumulaban, a la usura que se les atribuía y al exclusivismo de su religión, con demasiada frecuencia despertaron el odio de las masas y de los gobernantes.
Aunque el nombre de Dios no aparece explícitamente en el libro de Ester, yo creo que la providencia divina y el cuidado redentor de Dios por su pueblo están manifiestos a lo largo de todo el relato, a menos que demos una importancia predominante en esa historia a la casualidad y a la “suerte”.
Ester tenía una belleza singular, tanto física como moral; pero ¿cómo se atrevió Mardoqueo, su tío, a presentarla a la convocatoria de la casa del rey siendo judíos? ¿Quién lo indujo a hacerlo? Y después, ¿por qué el rey Asuero escogió a Ester entre todas las jóvenes más bellas del reino? ¿Qué lo guió en su elección? ¿Acaso no fue también providencial que Mardoqueo se enterase de la conspiración contra el rey y pudiese evitarla quedando constancia de ello en los anales de palacio? Y cuando ya pesaba sobre los judíos un decreto de exterminio, promovido por el perverso Amán, ¿quién movió el corazón de Ester para que se presentase ante el monarca
sin ser llamada, con riesgo de su propia vida? ¿Por qué el rey le extendió el cetro de oro y no se molestó por su atrevimiento? ¿Por qué firmó el decreto autorizando a los judíos para que pudieran armarse y defenderse de sus enemigos? Solo hay una respuesta: porque para esa hora Ester había llegado al reino.
Hay demasiadas casualidades y sucesos imprevisibles en la historia de Ester como para no ver a Dios en acción, previendo y dirigiendo los acontecimientos para salvar a su pueblo.
De la misma manera, como en los días de Ester y Mardoqueo, la Providencia promoverá decretos protectores y amnistías, suscitará valientes abogados defensores, trastornará los designios criminales de consejos cuando llegue el tiempo de la gran aflicción de la iglesia remanente.
Recuerda hoy que tú también has venido a este mundo con un propósito.
¿Sabes cuál es?.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2015
Pero hay un DIOS en los cielos…
Por: Carlos Puyol Buil
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