Y me dijo: “Muy amado, no temas; la paz sea contigo; esfuérzate y aliéntate Y mientras él me hablaba, recobré las fuerzas, y dije: “Hable mi señor, porque me has fortalecido. Daniel 10:19
Estoy a punto de graduarme como maestra de música. Los meses que faltan no serán fáciles, pues estudio y tengo dos empleos. En este semestre, Dios me encomendó una tarea que no había pedido ni buscado.
La Southern University de Tennessee, Estados Unidos, tiene un programa de mentores: los estudiantes con más años en la institución ayudan a los nuevos a integrarse en la vida universitaria, tanto académica como socialmente.
Una amiga mía dejó de ser mentora, y me recomendó para que tomara su lugar. Sin pensarlo mucho asumí la nueva responsabilidad. Sería una oportunidad para practicar mis habilidades como maestra, pues las maestras también son mentoras. ¿Por qué no aprovecharla?
Cuando tuvimos el adiestramiento, comprendí cuánta responsabilidad implica ser mentor. Me quitaría mucho de mi tiempo para estudiar, practicar música o descansar. Además, puesto que soy un poco perfeccionista, no me sentía capacitada para este cargo, ni merecedora de guiar a estudiantes mientras aún luchaba con mis propios problemas. Pero, también, sabía que Dios me había guiado en mis cuatro años estudiantiles.
La víspera del encuentro con mis estudiantes, la ansiedad me abrumó, y no podía dormir. Oré y llamé a mi novio. Me sugirió buscar dirección e inspiración en la Palabra de Dios. Me recordó que el Señor está atento a todas nuestras peticiones, y que podemos contar con él en todas nuestras angustias y pruebas. “Procura entender lo que Dios te está diciendo -me recordó-, y muéstrate dispuesta a seguir su dirección”.
Con fe abrí mi Biblia. Sentí que el Espíritu Santo me dirigía a Daniel 10:19. Entonces sentí confianza, Dios me llamaba para ser mentora. Al día siguiente conocí a mis estudiantes, y Dios me ha dado sabiduría y fuerzas para seguir ayudando a los que lo necesitan. He aprendido que debemos dejar que el Señor nos use como instrumentos, y que nos guíe por medio de su Palabra y del Espíritu Santo. Que “la paz sea contigo” a medida que seas guiada y utilizada por Dios.— Jessica Trejos.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA LA MUJER 2015
Jardines DEL ALMA
Recopilado por: DIANE DE AGUIRRE
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