Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios. 1 Pedro 3:3, 4
Uno de los temas más espinosos para tratar en la iglesia, sobre todo para las mujeres, tiene que ver con el arreglo personal. Hay un sector de la iglesia que considera que todo tipo de cosméticos representa un agravio a la fe cristiana, y promueve su abstinencia entre las damas cristianas. Y otro sector no aprueba este punto de vista, porque lo considera radical y extremista.
Los temas polémicos tienden a dividir a las iglesias. El precio de la controversia es elevado. Es mejor buscar el equilibrio y tener un sano criterio, porque es fácil caer en la intolerancia, la discriminación y el sectarismo.
También hay que decir que la industria de la belleza obtiene ganancias millonadas. Millones de mujeres viven para embellecerse. Dedican gran parte de su dinero a adquirir todo tipo de accesorios y cosméticos. Esta práctica puede crear una dependencia malsana. “Uno de los principales elementos de la belleza física es la simetría, la proporción armónica de los miembros.
Y el modelo correcto para el desarrollo físico no se encuentra en los figurines de las modistas francesas, sino en la forma humana tal como se desarrolla según las leyes de Dios en la naturaleza [los ocho remedios naturales]. Dios es autor de toda belleza, y solo en la medida en que nos conformemos a su ideal nos acercaremos a la norma de la verdadera belleza” {La educación cristiana, cap. 39, p. 287).
La Biblia dice que la belleza genuina procede de lo íntimo del corazón, y consiste “en el espíritu afable y apacible” (1 Ped. 3:4). Se pueden tener facciones muy finas, pero un carácter flamígero resulta muy ofensivo. La verdadera belleza proviene de Jesús: Cristo impregna a los hombres con los atributos de Dios. Edifica el carácter humano a semejanza del carácter divino, y produce una hermosa obra espiritualmente fuerte y bella.
Absorbe la belleza de Jesús. Pídele que te oriente respecto a tu arreglo personal, para que lo glorifiques.— Gabriela Hernández de Medina.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA LA MUJER 2015
Jardines DEL ALMA
Recopilado por: DIANE DE AGUIRRE
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