noviembre 08, 2015

Fe sin acepción de personas | Matutina para Mujeres 2015

Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas. Santiago 2:1
Hace unos días escuché cantar por primera vez a una adolescente de voz privilegiada. Se encontraba en el umbral de la vida y, sin darse cuenta, en el umbral de la fama. Como la música también es mi pasión, decidí seguir su trayectoria musical a través de Internet.
Pero la vida inocente de aquella jovencita pronto comenzó a tomar otro rumbo. En una de las primeras entrevistas que le hicieron para un programa de televisión declaró que era lesbiana y, con lágrimas, le pidió perdón a su madre por su estilo de vida. Esa noticia me conmovió mucho y despertó interrogantes en mi corazón. 
Sabemos que desde tiempos antiguos han existido problemas en relación con la orientación sexual de las personas; sin embargo, hoy en día esta cuestión está en la agenda de los formadores de opinión pública. ¿Dónde no se habla del tema, relacionándolo con la lucha contra la discriminación y los derechos humanos?
Ahora bien, ¿cuál debería ser nuestra actitud hacia los homosexuales? Aunque en ninguno de los Evangelios se relatan encuentros de homosexuales con Jesús, el texto de hoy escrito por Santiago nos orienta respecto de cuál sería una respuesta de fe a esta pregunta: “Que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas”. Jesús hizo muchos milagros que la Biblia no registra y, tal vez, algunas personas beneficiadas por esos milagros estaban luchando con su identidad sexual.
A veces marginamos y condenamos a las personas homosexuales; olvidamos que Jesús también murió por ellas. Detrás de cada caso hay un ser humano. Hay mujeres que de niñas fueron violadas o maltratadas por algún hombre, y por eso repudian a los varones. Hay muchas preguntas que la ciencia aún no ha respondido respecto a la causa de la homosexualidad.
Hay muchas cosas que aún no conocemos, pero sí sabemos algo: Dios nos dice que nuestra fe debe ser sin “acepción de personas”. Esto significa que nuestra fe no nos hace superiores a nadie; al contrario, nos hace responsables de todos. Incluso de los homosexuales.
Oremos para que otros puedan llegar a Jesús y encontrar en él su verdadera identidad.— Lourdes Rodríguez Chazarreta.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA LA MUJER 2015
Jardines DEL ALMA
Recopilado por: DIANE DE AGUIRRE
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