A la izquierda, la gorra que usaba en la banda de música policial el agente Liam Callaham, que murió a los 44 años entre los escombros del World Trade Center el 11 de septiembre de 2001. A la derecha, la que usaba en el momento de morir. Otros objetos de importancia sutil, como zapatos cubiertos de polvo, una billetera arrugada y una muñeca ennegrecida, serán exhibidos en el Museo del 11-S en Nueva York.
Allí se expondrá también el casco de Larry Keating, unos de los rescatistas que trabajó en los escombros durante los nueve meses que duró la operación de limpieza después del ataque. Murió en 2011 de un ataque al corazón. El museo ocupa siete pisos bajo lo que fue el World Trade Center y abrirá sus puertas el próximo año en el sitio de la Zona Cero, en el undécimo aniversario de los ataques.
Esta muñeca fue descubierta el 12 de septiembre de 2001 por Brian Van Flandern, un voluntario que se pasó 24 horas buscando sobrevivientes entre los escombros. Al principio, parecía ser de una niña atrapada, pero más tarde se supo que era uno de los muñecos que había en las oficinas de la organización benéfica Chances for Children, que funcionaba en el piso 101 de la Torre Norte. Los curadores del museo debieron tomar decisiones difíciles al intentar mostrar el horror sin caer en el morbo. "No estamos aquí para traumatizar a nuestros visitantes", dijo Alice Greenwald, directora del museo.
Una tarjeta de crédito corporativa que pertenecía a la víctima Gennie Gambale y que fue recuperada de la azotea del Hotel Marriott en el World Trade Center. En el museo habrá una exhibición en recuerdo de las 2.982 personas que murieron en los ataques del 11 de septiembre y los atentados con bomba de 1993 contra el World Trade Center.
Gennie Gambale, de 27 años, era vicepresidenta de una empresa y trabajaba en el piso 103 de la Torre Norte cuando el primer avión se estrelló en los pisos inferiores, atrapando a los de arriba. Una oficial de policía, que resultó ser la madre de un amigo de Gambale, encontró la billetera en el techo del cercano hotel y de inmediato reconoció el nombre en las tarjetas dañadas en el interior.
Linda López estaba en su trabajo en la Fiduciary Trust Company en el piso 97 de la Torre Sur cuando el primer avión se estrelló contra la Torre Norte. Había llegado hasta el piso 61 cuando el segundo avión se estrelló unos pisos por encima de ella. Se quitó los zapatos y corrió descalza hasta fuera del edificio, pisando vidrios rotos y otros escombros. "Señora, sus pies están sangrando", le dijo alguien cuando se detuvo a pocas cuadras de distancia, intentando entender lo que acababa de ocurrir.
Un casco recuperado del escuadrón 252 del Departamento de Bomberos perteneciente a Kevin Prior, un bombero de Brooklyn, en Nueva York. Su cuerpo fue encontrado tres semanas después. Su madre estaba preocupada porque su casco no había sido devuelto a la familia y lo dijo en una entrevista televisiva. Un empleado médico vio la entrevista, reconoció el número de la placa y entregó en mano el casco dañado a la familia.
Estos zapatos los llevaba puestos el 11-S Roger Hawke, que se encontraba en el piso 59 de la Torre Norte. Trabajaba en un estudio de abogados, y este no fue el primer ataque contra el World Trade Center al que sobrevivió: también estaba en el edificio el día de los ataques con bomba de 1993. Poco después de que el primer avión impactara contra la torre, se dirigió a una de las escaleras y las bajó en interminables 90 minutos. Se dirigió a pie hasta el apartamento de su hija y su yerno, en el Upper East Side, a donde llegó cubierto de cenizas, y antes de entrar dejó los polvorientos zapatos en la puerta.
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