“Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos. Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás” {Luc. 4:5-8.
Imagínate a Jesús, después de cuarenta días de hambre, cansancio, negación propia y privación, ahora enfrentando las tentaciones abiertas y directas del diablo. No es difícil imaginar cuán bellos debieron de haber aparecido a Jesús todos “los reinos de la tierra”, con todo su “poder” y su “gloria”, en esta tentación. Satanás ha sido un maestro en hacer que las cosas de este mundo aparezcan tan encantadoras, tan placenteras, tan satisfactorias, que la gente rápidamente acepta el engaño que este mundo presenta.
Lee los versículos copiados arriba, en especial la respuesta de Jesús. ¿Qué quiso decir Jesús al vincular los verbos “adorar” y “servir”? ¿Cómo están relacionados?
Por todo el Antiguo Testamento, los conceptos de adorar falsos dioses y servirlos están ligados. “No sea que alces tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el ejército del cielo, seas impulsado, y te inclines a ellos y les sirvas, porque Jehová tu Dios los ha concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos” (Deut. 4:19; ver también Deut. 11:16; Sal. 97:7; Dan. 3:12). Básicamente, sirves a quien adoras; por esto, es muy importante que adores solamente a Dios.
Vemos aquí el punto vital acerca de la adoración. Es difícil imaginar a alguien que adore a Dios con fe, humildad, amor y temor, y al mismo tiempo sirva a otros “dioses”, cualesquiera que sean las formas que adopten. La adoración es, para nosotros, una protección contra la idolatría. Cuanto más adoremos a Dios, aun en nuestras devociones privadas, mejor protegidos estaremos de servir al yo, al pecado y todo lo demás que lucha por lograr nuestro servicio.
Piensa en esta idea: servimos a lo que adoramos. ¿Cómo has visto que este principio se manifestó en tu propia vida? ¿Cómo puede tu experiencia de adoración ayudar a mantenerte centrado en servir únicamente a Dios?
“Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás”. {Lucas 4:8 – RV.
¿Cuáles son algunas de las evidencias de la adoración genuina?
Opera y desarrolla el proceso de la santificación: La santificación es obra del Espíritu Santo y es durante el acto de la adoración que Él actúa con más intensidad para desarrollar este proceso en los hijos de Dios. “Para que sepas que Yo Soy el Señor, que los santifica” - {Éxodo 31:13 – ARA.
Promueve el perfeccionamiento en la unidad de la fe y del amor, para el desempeño del servicio: “Y Él mismo concedió a unos apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas y a otros pastores y maestros con vista al perfeccionamiento de los santos para el desempeño de su servicio” - {Efesios 4:11-16 – ARA.
Culmina con el poder del Espíritu Santo en la experiencia individual y colectiva de los creyentes: “ Habiendo ellos orado, tembló el lugar donde estaban reunidos; todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y, con intrepidez, anunciaban la Palabra de Dios” - {Hechos 4:31 – ARA.
Para la iglesia apostólica la adoración era el fuego procedente del trono de Dios para encender sus vidas en favor del evangelio. Sus vidas eran colocadas sobre el altar del servicio y el Espíritu Santo las inflamaba con coraje e intrepidez. La iglesia en aquellos días se esparció como fuego en campo reseco.
Piense: “En cuanto la Iglesia estuviere satisfecho con cosas pequeñas, no estará en condiciones de recibir grandes bendiciones de Dios. Más ¿por qué no sentimos hambre y sed del don del Espíritu Santo, toda vez que ese es el medio por el cual el corazón puede ser conservado puro?... Hablad sobre esto, orad en este sentido, predicad constantemente sobre este asunto, pues, el Señor está más deseoso de conceder su Espíritu Santo, de lo que los padres dar buenas dádivas a sus hijos” - {Rev. and Herald, 15.11.1892.
Desafio: “Nosotros también serviremos al Señor, porque Él es nuestro Dios” - {Josué 24:18 – NVI.
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