Bomberos del estado de Texas, en Estados Unidos, luchan para contener un enorme incendio que abarca una zona de 25 kilómetros al sureste de la capital, Austin.
El fuego ya ha destruido 300 casas.
Las autoridades forestales aseguran que se está esparciendo tan rápido, que es imposible atacarlo desde el suelo, por lo que han decidido enviar aviones que viertan agua sobre el terreno.
Decenas de otros incendios han ocurrido en el estado en esta temporada de sequía, considerada la peor en medio siglo.
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