Al menos 34 personas murieron y otras cincuenta y seis aún permanecen desaparecidas tras el paso por el centro y sur de Japón del tifón Talas, el más destructivo en los últimos siete años en el archipiélago.
La mayoría de las víctimas se produjeron a causa de avalanchas de tierra y barro o por la fuerza de las aguas, que arrastraron vehículos e inundaron unas 13.500 viviendas.
El nuevo primer ministro de Japón, Yoshihiko Noda, prometió hacer todo lo posible para ayudar a las personas afectadas.
[9].5.11
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