agosto 26, 2015

Traperos del tiempo | Matutina para Adultos 2015

“Por lo cual dice: ‘Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo’. Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos” (Efesios 5:14-16).
En otras ocasiones te he hablado del profesor Isidro Aguilar, director de aquella escuela misionera de Madrid (España) en la que recibí una parte de mi formación pastoral, de las clases recibidas en su casa, de sus magníficos estudios bíblicos, de su sabiduría práctica. Recuerdo uno de sus dichos que nos transmitió como un recurso para cuando se tienen muchas cosas que hacer y se dispone de poco tiempo: hay que ser “traperos del tiempo”; es decir, recoger, aprovechar bien esos momentos cortos, vacíos, perdidos a los que muchos apenas conceden valor o importancia.
Esos minutos perdidos por unos y otros, aquí y allá, suman millones de horas malgastadas por la raza humana. Constituyen un verdadero despilfarro, un basurero de residuos de un valor inconmensurable que jamás podremos recuperar.
No se refería el pastor Aguilar a las horas de descanso, de actividad física o de necesario esparcimiento, sino a los minutos que pasan sin percatarnos de ello, cuando estamos adormilados debiendo estar despiertos, cuando “no sabemos qué hacer” o cuando lo que estamos haciendo no es ni provechoso ni imprescindible ni conveniente, horas estériles, ocupaciones triviales, desiertos mentales, simplezas, tonterías, superficialidades, nonadas; cuando, en definitiva, desaprovechamos, malgastamos, despilfarramos el don divino del tiempo, que es la preciosa materia prima de la que están hechas las oportunidades de la vida y las de la salvación.
Se atribuye al escritor griego Nikos Kazantzakis la frase: “Tengo ganas de bajar a la esquina, extender la mano y mendigar, a los que pasan: ‘Por favor, dadme un cuarto de hora’ ”. La emitió cuando una cruel enfermedad le estaba devorando las entrañas y sentía que el tiempo se le estaba terminando. 
Y si esto era trágico para el filósofo, poeta y autor de novelas, cuánto más lo debe ser para nosotros que tenemos pendiente una obra de la que depende la gloriosa venida del Señor a este mundo, una misión para la que ya queda muy poco tiempo, aunque todavía hay miles y millones que aún no conocen a Dios. ¿Encontraremos retazos de nuestro tiempo para ofrecer al Señor?
¿Cuándo tendremos tiempo de ocuparnos de familiares, amigos y vecinos? Necesitamos vivir en estos tiempos difíciles “no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo”. Necesitamos ser “traperos del tiempo”.
Este día pídele a Dios que te ayude a usar sabiamente tu tiempo.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2015
Pero hay un DIOS en los cielos…
Por: Carlos Puyol Buil
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