agosto 06, 2015

Depender de Dios | Matutina para Mujeres 2015

Mantengamos firmes, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. (Hebreos 10:23)
¿Alguna vez estuviste en una situación en la que realmente tenías que depender de Dios? Cuando yo era una niña y me sentía triste por algo, mi madre siempre me decía: “Si ya hablaste con Dios, no tienes nada de qué preocuparte. Solo déjaselo a él”. Obviamente, esto es más fácil para una niña que para un adulto.
Decimos que confiamos en nuestro Dios pero, después, nos quejamos y lamentamos: “Sí, confío en Dios, pero…”. Es como si no estuviéramos seguras de que Dios realmente va a resolver nuestros problemas. Cuando pensamos así, debemos recordar que Dios es fiel en sus promesas.
Hace unos años mi esposo y yo vivíamos justo en frente del Océano Atlántico. Allí teníamos una vista hermosa de la playa, pero también había muchas rocas inmensas. Durante la semana, mi esposo se iba a trabajar lejos y yo me quedaba sola en la casa. Cuando había tormenta y estaba sola, yo me asustaba mucho. El mar se enfurecía y las olas se estremecían y rompían contra las rocas.
En esos momentos deseaba que Dios calmara la tormenta, para que yo pudiera descansar tranquila. Sabía que él era el dueño y creador de todo el universo, y que se encargaría de calmar las olas. Cuando llegaba la mañana, todo había vuelto a la normalidad.
Las cargas que para nosotras son muy pesadas, para Dios no lo son. Él solo espera que se las entreguemos enteramente para poder llevarlas por nosotras. No importa cuál sea la causa de nuestro pesar -la familia, nuestra vida conyugal, los hijos, padres, amigas, nuestro trabajo o nuestra vida misma-, todo tiene una solución para el Señor.
Dios quiere realmente llevar las cargas por nosotras. Ya una vez llevó el pecado de todos nosotros en su cuerpo; así que llevar nuestras cargas individuales no es nada para él.
Te exhorto a que hoy te pongas de rodillas, ores y entregues todas tus cargas a Jesús. No olvides nunca, ni dudes por un instante, que Dios te ama y quiere que seas feliz para siempre, no solo allá en el cielo, sino también aquí y ahora.—Amiris Sabo.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA LA MUJER 2015
Jardines DEL ALMA
Recopilado por: DIANE DE AGUIRRE
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