abril 19, 2015

Las lágrimas de Armstrong | Matutina para Adultos

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“Corona de los viejos son los nietos y honra de los hijos son sus padres” (Proverbios 17:6).
Lance Edward Armstrong, nacido en 1971 en Austin (Texas), superviviente de un cáncer, casado y padre de cinco hijos que, desde 1999 hasta 2005, fue siete veces consecutivas ganador del Tour de Francia, Premio Príncipe de Asturias de los Deportes en el 2000 y creador de la Fundación Livestrong contra el cáncer, fue denunciado en junio de 2012 por algunos de sus compañeros de equipo y acusado formalmente de dopaje continuado por la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA, por sus siglas en inglés).
Esta organización presentó el 10 de octubre del mismo año un informe ante la Unión Ciclista Internacional (UCI) donde acusó a Armstrong de utilizar el sistema más sofisticado, profesionalizado y eficaz de dopaje que el deporte jamás había visto. El 22 de octubre, la UCI hizo efectiva una sanción de por vida desposeyéndole de sus siete Tours y de todos los títulos ganados desde 1998.
El 14 de enero de 2013, en una entrevista con la famosa periodista Oprah Winffey, Amostrong reconoció que en esos siete títulos había utilizado sustancias prohibidas y se había dopado para mejorar su rendimiento. Dijo también lo siguiente: “Me dopaba por el afán de ganar a cualquier precio. […] La actitud de ganarlo todo la tomé primero ante el cáncer y la extrapolé después al ciclismo. […] Ya sé que la gente no me va a creer, pero me gustaría pedir disculpas a tantas personas a la que he hecho daño”.
Al llegar a este punto, Armstrong derramó algunas lágrimas. Entonces, la periodista le preguntó la razón por la que ahora confesaba, a lo que él respondió: “Vi a mi hijo mayor, de trece años, cómo me estaba defendiendo ante otras personas, diciendo: ‘No es verdad lo que dicen de mi padre’. Entonces le dije: ‘No me defiendas, hijo, es verdad’ ”, El ídolo caído reconoció: “El precio que ha pagado mi familia me ha llevado a terminar con este sinsentido”. La entrevista resultó desgarradora, contundente y brutal.
“La honra de los hijos son sus padres”, dijo el sabio. Lance Armstrong, el mejor ciclista del mundo, lo sabía, por eso quiso terminar con aquel camino de falsedad. Ante el mundo había estado negando que se dopaba, pero ante su hijo, un jovencito de trece años, confesó la verdad y derramó lágrimas.
Dios no te abandona cuando le fallas a tus hijos y no alcanzas el ideal como padre o madre. Ahí está el Padre celestial para ayudarte a fortalecer los vínculos con tus hijos.
Recuerda que no puedes obtener el éxito a costa del sacrificio de tu familia.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2015 Pero hay un DIOS en los cielos…
Por: Carlos Puyol Buil
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