Lee Éxodo 20:8 al 11. ¿Qué dice Dios que hagamos, y qué razón nos da para ello?
Todos los que pertenecen a un hogar, incluyendo a los sirvientes y a los trabajadores así como al “jefe”, descansarán juntos. El sábado es el gran ecualizador, el nivelador de todas las desigualdades de la estructura social. Ante Dios, todos los seres humanos son iguales, y el sábado es una manera singular de revelar esta verdad vital, especialmente en un mundo tan dominado por la estructura de clases que pone a algunos grupos “por encima” o “por debajo” de otros.
Este mandamiento es una unidad cuidadosamente estructurada:
A. Introducción: “Acuérdate del sábado para santificarlo” (vers. 8).
B. Mandato: “Seis días trabajarás, y harás toda tu obra” (vers. 9).
C. Motivación: “mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios” (vers. 10a).
B1. Mandato: “no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni…” (vers. 10b).
C1. Motivación: “Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, [...] y reposó…” (vers. 11a).
D. Conclusión: “Por tanto, Jehová bendijo el sábado, y lo santificó” (vers. 11b).
(A) contiene, como afirmación inicial introductoria, el principio esencial del mandamiento del sábado como un todo.
(B) trasmite el mandato positivo de ocuparse de trabajar seis días.
(B1) da el mandato prohibitorio de abstenerse de toda obra en el sábado, incluyendo a la familia, los animales domésticos y cualquier huésped en el hogar.
(C) y (C1) suministran la motivación para los mandatos.
(C) reconoce el factor del tiempo en la secuencia de seis días/séptimo día al enfatizar que “el séptimo día es el sábado para Jehová tu Dios”.
(C1) contiene la cláusula de motivación formal con la expresión “porque”. Presenta la motivación detallada en términos de los seis días de trabajo de Dios y su descanso en el séptimo día, que se basa directamente en el primer sábado de la semana de la Creación.
(D) es una cláusula independiente, que comienza con un “porque” o “por lo tanto”, y también forma la conclusión. Las últimas palabras del mandamiento, “y lo santificó”, corresponden a la exhortación del inicio.
(A) “para santificarlo”. Ambos están vinculados con la santidad que Dios otorga al sábado en Génesis 2:3.
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