El Artista Martin Klimas se le ocurrió una brillante idea: puso sobre una malla en un alta voz de música para que salpicara pintura de colores. A medida que el volumen fue subiendo, la pintura apareció en el aire y se apoderó de los momentos en una fotografía. Es una cacofonía sincronizada de arte y música. También tiene un aspecto fantástico.
[NY Times]
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