Con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. Efesios 4:2, 3.
Sebes tener en cuenta que, a la hora de elegir pareja y comprometerte con ella, no estarás uniendo tu vida con un ángel inmaculado, sin defecto, sino con un ser humano pecador, un ser que necesita permanentemente la gracia de Dios por causa de sus errores y pecados, y que está en un PROCESO de crecimiento y desarrollo espiritual y moral que durará hasta que Cristo regrese. Entonces, será necesario que sigas el consejo de nuestro texto de reflexión para hoy.
Te aseguro que te será muy necesaria la paciencia con tu pareja, porque ustedes son personas diferentes, de una carga genética diferente, educados en familias diferentes, y que cargan con una historia y una individualidad diferentes; y, por si esto fuera poco, cargan ambos con una naturaleza pecaminosa que todos los días “hace de las suyas” en el comportamiento.
Pero no es una paciencia frustrante, de “aguantar” a tu ser querido, sino que, como dice Pablo, es “paciencia en amor”. Es el amor por tu pareja, que te lleva a penetrar con profundidad en la hermosura de su ser interior y, a su vez, en el drama que representa también para ella vivir en este planeta de pecado y sufrimiento, lo que te puede dar una visión cálida, tierna, comprensiva de tu ser amado, y de cuánto necesita de tu trato amoroso y paciente.
También será necesario que luches, que seas solícito en guardar la unidad con tu pareja, bajo la acción del Espíritu Santo, que debe inspirar, dirigir y controlar vuestras vidas, para que nada quebrante su relación.
Deben, especialmente, buscar el “vínculo de la paz”, no permitiéndose ser peleadores, y pasando por alto, hasta donde se pueda, todo aquello que podría provocar malestar, diferencias y reyertas en su relación.
Que Dios te llene de su amor hoy, para que juntos puedan, tu pareja y tú, transitar lo que reste de este peregrinaje hasta el Reino de los cielos tomados de la mano, ayudándose, apoyándose y sosteniéndose mutuamente en esta batalla espiritual, hasta que lleguen juntos al hogar celestial.
DEVOCIÓN MATUTINA JÓVENES 2015
EL TESORO ESCONDIDO
Un encuentro con Dios en tu juventud
Por: Pablo M. Claverie
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