Oye, oh Dios, mi clamor; a mi oración atiende. Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare. Llévame a la roca que es más alta que yo. Salmo 61:1,2
Roxana* fue a la universidad, completó una carrera, se enamoró de un apuesto joven, y formaron un hogar. Con tierno amor se dedicó a los dos hijos que el Señor les concedió, pero la vida se tornó difícil. Uno de los niños falleció en un accidente.
Roxana cayó en un pozo depresivo que parecía no tener salida. Tuvo dificultades con su esposo por discusiones sobre la razón del accidente. Roxana comenzó a recurrir al alcohol para olvidar sus dificultades; y para hacer la historia corta, Roxana perdió su hogar, su carrera, su dignidad y su felicidad.
El apóstol Pablo se encontró en aprietos también. Lo apresaron y lo transportaron en barco a Roma. La navegación fue lenta durante algunos días, por los vientos desfavorables. Y la situación empeoró: vientos huracanados alcanzaron al navio en medio de una tempestad, y quedaron a la deriva.
La tormenta amenazaba con despedazar la nave, de modo que amarraron con sogas el casco para reforzarlo, y echaron la carga por la borda. Pasaron días sin ver el sol ni las estrellas; ya sin comida, los pasajeros perdieron toda esperanza de salvarse. Pablo los exhortó a cobrar ánimo, ya que un ángel de Dios le había dicho que solo se perdería el barco.
Luego de catorce días de andar a la deriva, el barco encalló en un banco de arena y comenzó a despedazarse con el embate de las olas. Valiéndose de algunas tablas quebradas del barco, Pablo y los demás pasajeros pudieron flotar y llegar sanos y salvos a tierra firme.
De manera similar, aunque lo perdió todo con las tormentas y los huracanes de la vida, Roxana alcanzó a aferrarse a una tabla… y eso le salvó la vida. Roxana perdió su hogar, pero recuperó su fe en Dios.
Es posible que hayas sufrido grandes pérdidas en tu vida. Tu hogar, tu carrera, tus ilusiones, tus esperanzas… Pero, aunque lo hayas perdido todo, no olvides que una tabla puede mantenerte a flote. ¡Aférrate con todas tus fuerzas a Jesús, quien te extiende la tabla que te puede salvar!.— Nibia Mayer.
* El nombre ha sido cambiado para proteger la identidad de la protagonista.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA LA MUJER 2015Jardines DEL ALMA
Recopilado por: DIANE DE AGUIRRE
0 comentarios:
Publicar un comentario