octubre 20, 2015

Guías falsos o un ángel de Dios | Matutina para Adultos 2015

“Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán para que tu pie no tropiece en piedra” (Salmo 91:11, 12).
En julio de 1942, Joseph Smit, un empresario judío de Róterdam (Holanda), estaba angustiado y quería salir de su país y refugiarse en Suiza.
Había sido detenido una vez por la Gestapo y temía que tanto él como su familia terminaran en un campo de exterminio nazi. Un amigo le dijo que conocía a alguien que podría llevarles sanos y salvos a Suiza, pero tendría que pagar un alto precio: dos mil florines de entonces por persona y por adelantado. Pagó, entraron en contacto con el guía clandestino y fijaron el itinerario: Róterdam, Bruselas, París, Lyon, Annecy, Collonges, Ginebra.
Pero desde el comienzo del viaje fueron objeto de engaños y chantajes.
Cambiaron varias veces de guía, les pidieron mucho más dinero y, finalmente, llegaron a Lyon solos y sin dinero. El cónsul de su país en esa ciudad les puso en contacto con Jean Weidner quien, al conocer la historia y las estafas que habían sufrido, se hizo cargo de la familia sin costo. Él los introduciría en Suiza haciendo un tramo del viaje por la montaña del Salève que conocía muy bien, hasta Collonges, desde donde cruzarían de noche la carretera y las alambradas que los separaban de Suiza.
El grupo inició la travesía del Salève al amanecer. Pero la abuela pronto empezó a retrasarse. De repente Jean se dio cuenta de que la anciana no estaba en el grupo. Fue en su busca y esta le dijo: “Nunca lo lograré. Usted y los demás sigan avanzando. ¡Dejadme aquí, dejadme aquí! Prefiero morir en la montaña”.
Weidner se sentía el custodio de aquel grupo y no podía admitir perder a uno de sus miembros. Le ofreció que se apoyara en su hombro. “Dejadme morir, dejadme acostarme aquí y morir. Podéis seguir sin mí”. En ese momento, Jean Weidner la tomó en sus brazos y la llevó así hasta la granja donde debían reposar y tomar alimento antes de cruzar la frontera.
A media noche, después de evitar ser vistos por las patrullas alemanas que pasaban por la carretera, uno tras otro pasaron las hileras de alambre de espinos y se encontraron en Suiza, en la región de Ginebra.
Guías falsos y un ángel de Dios. La familia Smit había encontrado en Jean Weidner el ángel de Jehová del Salmo 91, que tomó en sus brazos a la anciana abuela y la condujo a la libertad y a la vida.
Tú puedes ser hoy un ángel de Dios.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2015
Pero hay un DIOS en los cielos…
Por: Carlos Puyol Buil
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