octubre 19, 2015

La resistencia pacífica | Matutina para Adultos 2015

“Cuando lo maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino que encomendaba la causa al que juzga justamente” (1 Pedro 2:23).
La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) ha sido una de las páginas más crueles y violentas de la historia de la humanidad: las víctimas mortales, a partir de septiembre de 1939, se calculan en más de sesenta millones de personas, de los cuales más de cuarenta millones fueron civiles y casi veinte millones militares.
En el holocausto fueron exterminados seis millones de judíos en los campos de la muerte nazis, y en la explosión atómica en Hiroshima, el 6 de agosto de 1945, en un solo día se causaron ciento veinte mil muertos, casi todos civiles, además de miles de heridos.
La Resistencia francesa era un conjunto de movimientos y organismos de defensa contra la ocupación alemana: atentados, catástrofes ferroviarias, oposición, entre otras. Pero la organización clandestina creada por Jean Weidner, la red Dutch-Paris, también de resistencia contra el decreto de exterminio alemán de millones de judíos, fue de resistencia pacífica. 
Sus miembros no se mancharon las manos de sangre; todo lo contrario, libraron de la muerte a cientos de personas exponiendo sus propias vidas. La hermana de Weidner, Gabrielle, murió en un campo de concentración y otros miembros de la red apresados por la Gestapo fueron fusilados. El propio Weidner estuvo a punto de morir en varias ocasiones. 
En su arresto de Toulouse (Francia) el 29 de mayo de 1944, cuando la Gestapo había hecho planes para ejecutarlo al día siguiente, declaró al jefe de la milicia de colaboracionistas franceses que lo había detenido: “Usted sabe que soy el jefe de la red de evasión Dutch-Paris. 
 Pero también es cierto que ninguna de las personas de mi organización, ni yo mismo, hemos usado la violencia o hemos matado a alguien, sea francés o alemán. Yo siento que mi deber como ser humano es salvar vidas. Esa es la razón de mi organización”.
La resistencia pacífica fue también la táctica de Jesús con sus adversarios.
Nunca incitó a sus discípulos contra los fariseos y escribas propiciando el enfrentamiento polémico y la violencia. Solo al final de su ministerio, en el paroxismo de la oposición de las autoridades religiosas de su tiempo, denunció públicamente sus errores, característicos de una actitud espiritual falsa.
Él nos enseñó: “Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os odian y orad por los que os ultrajan y os persiguen” (Mat. 5:44). El apóstol Pedro nos recuerda la importancia de seguir sus pisadas (1 Ped. 2:21).
Rechaza cualquier tipo de violencia y proclama la paz de Jesús.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2015
Pero hay un DIOS en los cielos…
Por: Carlos Puyol Buil
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