Y Samsón respondió á su padre: Tómamela por mujer, porque ésta agradó á mis ojos. Jueces 14:3, Reina-Valera Antigua.
Muchísimas parejas naufragan en su relación porque tienen mal puestas las bases, y confunden el amor con el embelesamiento propio de la atracción basada en lo exterior de su pareja.
Creo que habría que diferenciar entre “enamoramiento” y “amor”, y también habría que redefinir los términos: lo que llamamos “enamoramiento”, o “estar enamorado”, creo que habría que llamarlo “embelesamiento” o, incluso, “codicia”: el deseo de poseer a alguien tan bello que despierta ese sentimiento.
El amor verdadero es otra cosa. Entre otras acepciones, el Diccionario de la lengua de la Real Academia Española define “embelesar” como “cautivar los sentidos”. Tus ojos, tus oídos, tu tacto y hasta tu olfato pueden sentirse “cautivados”. A su vez, cautivar es, entre otras acepciones, “Ejercer irresistible influencia en el ánimo por medio de atractivo físico o moral”; “ser hecho cautivo, o entrar en cautiverio”.
Como ves, este tipo de sentimiento implica una cierta pérdida de libertad. Es el típico sentimiento de quien está “embobado” por una persona del sexo opuesto y esta lo lleva de las narices.
Algunas estadísticas nos dicen que, en una relación de pareja ya consolidada mediante la convivencia, el sentimiento mágico e idílico de “enamoramiento” suele durar en torno al año y medio.
Los que hemos vivido la experiencia de estar “enamorados” alguna vez sabemos lo maravillosa que es: sentimos que tocamos el cielo con las manos, que alcanzamos el Paraíso al estar al lado de la persona amada (quise decir, de la cual uno está embelesado).
Sin embargo, este sentimiento, legítimo como pueda ser, si no va acompañado del verdadero amor (preocupación por el otro, amistad, solidaridad, compartir un proyecto de vida, especialmente espiritual y moral), puede engañar a la pareja haciéndole pensar que realmente se aman.
Pero, cuando el tiempo haga estragos en los aspectos exteriores que los atraían, y vengan las crisis de la vida, esto probará si realmente hay algo más sólido y profundo que los une o algo que mostrará ser superficial y efímero.
DEVOCIÓN MATUTINA JÓVENES 2015
EL TESORO ESCONDIDO
Un encuentro con Dios en tu juventud
Por: Pablo M. Claverie
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