¿Sabes cuáles son los “pensamientos”? Son unas florecitas que parecen tener una carita dibujada en sus delicados pétalos: ojos, oídos, nariz y boca, y a veces hasta bigotes.
Los pensamientos, o viola tricolor, como se los denomina en ciertas regiones, no cesan de asombrarme. Son de apariencia delicada; apenas llegan a medir unos veinte centímetros, y dan la impresión de haberse equivocado de región. A juzgar por su apariencia, estas pequeñas flores no soportaríanni el primer soplido del viento invernal. Pero nos sorprenden.
El invierno pasado compré mis primeros pensamientos. Los trasplanté tan pronto llegué a casa, pero justo esa misma noche la tierra durmió abrazada bajo el manto helado de una sorpresiva nevada. Los di por muertos, pero qué sorpresa tan agradable cuando, al escarbar la nieve, debajo de su manto helado me recibieron las sonrientes caritas de los pensamientos.
¡Vivos, rebosantes, con todos los colores del infinito! Parecían gozosos de estar vivos. El gozo de la tierra era su fortaleza. ¡Y qué lección tenían que enseñarme los delicados pensamientos!
El gozo del Señor ha de ser nuestra fortaleza. El cristiano avanza por encima de las dificultades gracias a Jesucristo. Aunque los hielos y las nieves de las pruebas desciendan sobre nuestra pobre humanidad, no debemos olvidar en quién reside nuestra fortaleza.
Nuestro amante Jesús no solo quiere habitar en nuestros corazones, también quiere que experimentemos el gozo, que su Espíritu Santo, produce en la vida del creyente. Muchos hijos de Dios fracasan en la carrera cristiana porque dependen de sus fuerzas y no del poder del Hijo de Dios. Él ya venció. Conoce la lucha que libramos. Desea ayudarnos. Basta que sigamos adelante, asidos de su mano.
Hemos sido llamadas a vencer. No podemos doblegarnos ante las circunstancias. Recuerda la fortaleza de los pequeños pensamientos, que no se dejan vencer por los hielos del invierno, y haz tú lo mismo. Di: “Jehová es mi fortaleza y mi cántico, y ha sido mi salvación. Este es mi Dios, y lo alabaré; Dios de mi padre, y lo enalteceré” (Éxo. 15:2).— Olga Valdivia.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA LA MUJER 2015
Jardines DEL ALMA
Recopilado por: DIANE DE AGUIRRE
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