Un testigo es quien da un testimonio y confirma algo que conoce por experiencia personal. El testimonio cristiano personal de la obra de Dios en su vida puede ser muy poderoso. En una ocasión, Jesús sanó a un hombre poseído por demonios (ver Mar. 5:1-19). Cuando, ya sanado, quiso seguir a Jesús, él le dijo: “Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo y cómo ha tenido misericordia de ti” (Mar. 5:19).
Sin duda, en el poco tiempo que pasó este hombre con Jesús, no aprendió el arte de enseñar o de predicar. Solamente aprendió las verdades básicas del evangelio antes de que se le dijera: “Vete, y cuenta”.
Lee Marcos 5:18 al 20; Hechos 22:15 y 16; y 1 Juan 1:3. ¿Qué punto común e importante tienen todos estos textos?
Dios nos ha dado la responsabilidad de compartir cómo él cambió nuestras vidas, así como se lo ordenó al endemoniado en Gadara y a sus demás seguidores.
Testificar es compartir la experiencia personal que tuvimos con Dios –para animar a otros a aceptar a Cristo–; no es tan organizada e intencional como la evangelización por radio, televisión o en público. Ser un testigo puede ser muy espontáneo, ya que la oportunidad de compartir a Jesús puede surgir en cualquier lugar y momento. Por eso, debemos estar alertas para poder compartir nuestro conocimiento y experiencia.
La relación entre la testificación y la evangelización es que son estrategias diferentes para ganar almas para Cristo. La testificación es más espontánea y breve, mientras que la evangelización es de mayor duración y más intencional. Algunas veces la evangelización planeada es fortalecida por la testificación personal y a veces la testificación espontánea conduce a las personas a participar de un programa más elaborado, pero ambas son componentes vitales del proceso general. Los que están abiertos a la conducción del Espíritu Santo querrán saber más, cuando compartimos lo que Jesús ha hecho por nosotros. Algunos discuten tus doctrinas, tu teología, tus creencias, pero no es tan fácil argumentar en contra de tu testimonio personal.
¿Cuándo fue la vez última vez que testificaste a alguien acerca de lo que Cristo hizo por ti? ¿Qué dijiste? ¿Cuál fue la reacción? ¿Cómo cambió Cristo tu vida?
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