Autoridades ambientales investigan la muerte de más de 800 delfines, los cuales han sido arrastrados hasta las costas del norte de Perú este año.
Los delfines pudieron haber muerto por un brote de morbillivirus o de la bacteria brucella, dijo el viceministro peruano del Ambiente, Gabriel Quijandria, según la agencia estatal de noticias Andina.
Quijandria dijo este jueves que 877 delfines han sido llevados a un área de 220 kilómetros, la cual cubre desde Punta Aguja hasta Lambayeque, en el norte del país.
Más del 80% de esos delfines fueron hallados en estado de descomposición avanzado, lo cual dificulta estudiar las razones de su muerte, según la agencia Andina.
El gobierno peruano reunió a principios de la semana a un panel de diferentes ministerios para analizar un informe elaborado por el Instituto del Mar de Perú (Imarpe).
Los funcionarios concluyeron que las muertes de los delfines no se debieron a la falta de alimentos, interacción con la industria pesquera, envenenamiento por pesticidas, intoxicación con biotoxinas o a la contaminación con metales pesados.
Se espera que en los próximos días estén listos los resultados de un análisis histopatológico, el cual indicaría una posible contaminación por un virus.
La muerte de delfines en Perú es el caso más reciente de una serie que ha ocurrido en todo el mundo.
En febrero, 179 delfines fueron arrastrados a las costas de Cabo Cod, Massachussets, al este de Estados Unidos, y de ese número 108 estaban muertos, según el Fondo Internacional para el Bienestar Animal. Biólogos marinos todavía buscan determinar la causa de esas muertes.
A principios de marzo, a través de un video no profesional grabado en una playa de Río de Janeiro, Brasil, se observó a más de 30 delfines en la costa. En ese caso, todos los delfines fueron devueltos al mar con vida.
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