Ten misericordia de mí, Jehová, porque estoy en angustia; se han consumido de tristeza mis ojos, también mi alma y mi cuerpo. Mi vida se va gastando de dolor y mis años de suspirar; ¡se agotan mis fuerzas a causa de mi maldad y mis huesos se consumen!. __{Salmo 31:9-10.
¿Cómo te sientes hoy? ¿Cansada, triste, angustiada, con dolor? Muchas personas experimentan altibajos emocionales de los cuales no consiguen liberarse y estos se reflejan en sus cuerpos. Algunas terapias podrían ayudarte a restablecer el equilibrio interno y a hallar una salida a la crisis.
Nuestro organismo produce varios neurotransmisores:
Serotonina. Es responsable de la sensación de calma. Ayuda al reloj biológico y produce sueño. Es el conductor de la orquesta y mantiene el ritmo de todos los instrumentos. Como un reloj ayuda a coordinar todas nuestras funciones a un determinado compás.
Noradrenalina. Proporciona energía. Si nuestro organismo no produce una cantidad suficiente, nos sentiremos cansadas, exhaustas y sin ánimo.
Dopamina. Activa el centro del placer y nos ayuda a disfrutar de la vida
Si hay carencia de dopamina y endorfinas la vida se convierte en algo desprovisto de placer. Entonces muchos tratan de sustituirlas por el café, el alcohol, el juego, las adicciones o las drogas. El problema de algunas de estas sustancias y prácticas es que parecen satisfacernos a corto plazo, pero nos hacen daño a largo plazo.
Te recomiendo siete recursos para frenar la angustia, la tristeza, y el dolor.
- Lee Palabra de Dios y ora.
- Haz ejercicio físico a diario.
- Cuida tu alimentación.
- Mantente en contacto con la naturaleza.
- Ayuda a alguien que esté en necesidad.
- Participa de alguna actividad agradable.
«Es privilegio de todo cristiano gozar de los profundos impulsos obrados por el Espíritu de Dios. Una paz dulce y celestial invadirá la mente y os gustará meditar en Dios y en el cielo. Os deleitaréis en las gloriosas promesas de su Palabra. [...] No habéis sentido vuestra condición arruinada, no os habéis apartado de vuestros malos camino con amarga pena. Nunca habéis muerto al mundo. Todavía amáis sus placeres; os gusta tener parte en conversaciones sobre asuntos mundanos» (Mensajes para los jóvenes, p. 130). Pidamos a Dios que nos ayude a amar su Palabra y que su Espíritu obre en nosotras para que podamos disfrutar de una vida plena.
[Matutina de Damas “Una cita Especial”]
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