Un sismo de magnitud 6.3 remeció el lunes el sur y centro de México sin que se registraran daños mayores, pero sí evacuaciones de edificios junto a escenas de temor y angustia en la capital del país por el segundo movimiento fuerte en casi dos semanas.
Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), el temblor tuvo su epicentro a 158 kilómetros al sur-suroeste de Huajuapan de León, en el sureño estado de Oaxaca, en la misma región en que se originó un sismo de magnitud 7.4 el 20 de marzo que provocó derrumbe de viviendas y algunos daños en la capital.
El alcalde de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard, dijo en su cuenta de Twitter que no se reportaban "daños graves" en un primer recorrido por la capital tras una revisión de la ciudad por aire.
El alcalde de la populosa urbe dijo también que el metro, que transporta a diario cerca de seis millones de pasajeros, funcionaba normalmente.
Muchas personas desalojaron rápidamente edificios y restaurantes en una ciudad que tiene aún fresco el recuerdo de un terremoto que en 1985 provocó destrucción y la muerte de cerca de 10,000 personas.
"Se sintió fuerte pero gracias a dios no nos pasó nada, la gente todavía está paranoica después del otro (temblor)", dijo Esteban Vite, vecino de la colonia Roma, donde usualmente los sismos se perciben con mayor intensidad debido a las características del suelo.
La Secretaría de Comunicaciones y Transportes federal dijo que el aeropuerto de la capital operaba normalmente y que sólo un vuelo había tenido que esperar unos minutos en el aire para aterrizar mientras se hacían las inspecciones de rutina de las pistas.
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