Luego de que el volcán mexicano Popocatépetl registrara un incremento en su actividad, motivando el alza en la alerta de amarilla fase dos a amarilla fase tres, el coloso no ha cesado en su actividad, aunque moderada, pero provocando un movimiento sísmico.
De acuerdo a lo que publica la versión digital del periódico mexicano Milenio, el volcán ubicado en el centro del país, ha mantenido exhalaciones e incluso expulsión de material incandescente, además de que provoco un temblor de magnitud preliminar de 23.4 grados, citando el reporte del Centro Nacional de Prevención de Desastres.
En tanto, la directora del Instituto de Geología de laUniversidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Elena Centeno, afirmó al informativo Crónica.com.mx que, a pesar de existir una asociación entre las actividades sísmica y volcánica, esto no significa que “porque tembló (en Guerrero y Oaxaca) ocurrieron las emisiones del volcán”.
En una rueda de prensa a la que el medio acudió, la especialista dijo que la relación existe debido a la subducción de las placas tectónicas ubicadas en inmediaciones de esas entidades.
Sin ninguna relación
Pero, aclaró, el movimiento de 7.4 grados del pasado 20 de marzo en los límites de Oaxaca y Guerrero, al sur de México, no tiene una relación directa con el aumento de la actividad volcánica del Popocatépetl, pues estos procesos “son relativamente lentos”.
Centeno aclaró que debido a que “la placa de subducción se está moviendo, al introducirse a la parte profunda del planeta, se funde y al fundirse salen como burbujas de magma en la superficie y esas alimentan los volcanes en la superficie, pero ese magma, para ascender, tarda miles de años”.
Por lo tanto, según la especialista citada por La Crónica, la actividad sísmica reciente “estará ligada a una erupción que puede darse dentro de miles de años porque son procesos relativamente lentos, aunque tienen manifestaciones muy rápidas como los terremotos o las erupciones, pero “no porque tembló ocurrieron las emisiones del volcán”.
“Más que preocuparnos, debemos ocuparnos, esto es que debemos generar la cultura de la prevención. Esta cultura incluye educación de qué hacer en caso de un sismo, simulacros de evacuación, reglamentos de construcción que consideren un escenario de sismos fuertes y el respeto de esa reglamentación”.
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