El reino animal lo hace, pero la mayoría de los seres humanos a ser aprensivos y tire de sus caras en la misma noción. Pero ahora, los científicos sugieren que las madres-y tal vez incluso los padres-se beneficiarían de comer partes de la placenta después del nacimiento de un niño[a].
Un equipo de investigadores de la Universidad de Buffalo ha estado estudiando la ingestión de placenta en otras especies de averiguar por qué lo hacen y por qué podría ser beneficiosa para los seres humanos. Señalan que el consumo de la placenta provoca un aumento de la interacción madre-hijo, promueve la liberación de la hormona que estimula el instinto de cuidado, atenúa el dolor en ambos sexos, e incluso aumenta las posibilidades de la fertilización en el futuro.
Marcos Kristal, uno de los investigadores, tiene la intención de llevar a cabo un juicio en toda regla para investigar los efectos positivos de comer placenta. No se preocupe, sin embargo-los resultados podrían significar que podemos obtener en torno a la necesidad de comer la placenta. "El resultado de esa búsqueda no tiene que ser una exhortación a las mujeres a comer placenta, pero para los científicos aislar e identificar la molécula o moléculas que producen el efecto beneficioso y lo utilizan para diseñar herramientas farmacológicas", explicó Kristal to EurekAlert!.
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