marzo 12, 2012

Dios como arquitecto

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Después que Dios liberó dramáticamente a Israel de Egipto, en el monte Sinaí los unió consigo en un pacto sagrado. Entre las instrucciones que les dio, ¿cómo estaba incluida la belleza? Éxo. 25:1-9.

La primera mitad del libro de Éxodo detalla la liberación milagrosa de Israel de Egipto. La segunda mitad trata temas que incluyen belleza. En las instrucciones divinas de Éxodo 25:1 al 31:11, relativas al Santuario, se da el “modelo” para la tienda portátil, sus muebles y las vestiduras sacerdotales. Desde Éxodo 35:1 hasta el fin del libro, se encuentran instrucciones detalladas y el registro de su realización exacta, que incluye toda la labor artística.

Estos detalles son una lectura algo tediosa para muchos cristianos modernos. Pero, agradó a Dios dar estas instrucciones a esclavos recién liberados e incluirlas en las Escrituras.

En los primeros cinco libros de la Biblia, hay casi cincuenta capítulos que registran que Dios proveyó no solo el modelo arquitectónico sino también muchos detalles de su realización total. En el monte Sinaí, además del Decálogo, Dios dio instrucciones para la obediencia dentro del pacto, y directivas de cómo fabricar una estructura espléndida que involucraba casi cada tipo de habilidad artística.

Dios fue el arquitecto, e inspiró a los artistas para realizar los detalles de la decoración. Nada quedó al diseño humano.

El Santuario terrenal fue una copia. ¿Cuál fue el original, y qué nos dice esto acerca del amor de Dios por la belleza? Éxo. 25:9; Heb. 8:1-5.

Si el Santuario terrenal era solo una “sombra” del celestial, resulta difícil imaginar la belleza que debe existir en el Santuario real que Dios mismo hizo.

¿Por qué crees que era importante que el Santuario fuera tan hermoso? ¿Habrá sido para darle al pueblo un sentido de respeto ante el poder y la grandeza de Dios? ¿O para ayudarle a sentir su propia necesidad ante tal grandeza? El comprender la gloria del Santuario ¿cómo me ayuda a captar mejor el carácter de Dios en contraste con nuestra propia pecaminosidad?

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