marzo 05, 2012

Asteroide con posibilidad de impacto con la Tierra

A finales de febrero, un grupo de astrónomos del Observatorio de la Sagra, en Andalucía, descubrió un pequeño asteroide de cerca de 45 metros de diámetro en una órbita muy similar a la de la Tierra. Llamada 2012 DA14, la roca espacial pasará "rozando" nuestro planeta en febrero de 2013. Tan cerca que, hace apenas unos días, nadie se atrevía a asegurar que no acabaría haciendo impacto contra nosotros. El 15 de febrero de 2013, el asteroide pasará apenas a 27.000 km. de nosotros.
La órbita del asteroide, una elipse algo más inclinada que la de nuestro planeta, le lleva a pasar cerca de la Tierra dos veces al año, más o menos cada seis meses. El último acercamiento fue el pasado 16 de febrero, pero fue a cerca de 2,5 millones de km. de distancia, lo que evidentemente no supuso peligro alguno.

Sin embargo, el año que viene la "visita" será mucho más cercana. De hecho, el 15 de febrero de 2013 el pequeño asteroide pasará "sólo" a 27.000 km, la misma distancia a la que se encuentran muchos de nuestros satélites. 2012 DA14 se convertirá entonces en uno de los asteroides (observados) que más cerca haya pasado de la Tierra. Otros han rozado nuestro mundo a distancias aún menores, pero sin ser detectados durante su aproximación.

Los astrónomos, por desgracia, no están tan seguros de lo que sucederá durante las órbitas siguientes. Al parecer, ninguna de ellas supondrá un serio peligro hasta el año 2020, el año en que existen más posibilidades de impacto (una de cada cien mil), lo que sigue siendo, a pesar de todo, una probabilidad pequeña.

No obstante, hay que tener en cuenta que cuando se detecta la posición de un asteroide a través de un telescopio, esa posición nunca es absolutamente precisa, debido a numerosos factores como, por ejemplo, las distorsiones que la propia atmósfera provoca en la observación. Por lo que siempre existe un margen de error, especialmente significativo en casos, como éste, en que el asteroide en cuestión va a pasar tan cerca.
Así que los científicos, por si acaso, han decidido no quitarle ojo al visitante, aunque por ahora parece que estamos razonablemente seguros. Una roca de ese tamaño podría, en caso de caer en una zona habitada, causar una catástrofe de grandes proporciones. Recordemos que el meteorito que cayó en Tunguska, en plena Siberia, en el año 1908 sólo medía 80 metros, pero arrasó más de 2.000 km cuadrados de tundra...

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