marzo 15, 2015

¿Se puede hablar con los muertos? | Matutina para Adultos

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“La mujer dijo: ‘¿A quién te haré venir? ’ ‘Hazme venir a Samuel’, respondió él” (1 Samuel 28:11).
Antes de ser adventista, mi madre anduvo interesada en el espiritismo. Yo era un muchacho y aún no había comenzado a estudiar la Palabra de Dios. Recuerdo las visitas a casa de aquella extraña señora, llamada Nieves, de unos sesenta años, y de quien mi madre nos decía era curandera.
Aunque yo nunca estuve presente, aquellas reuniones me turbaban, produciéndome algo más que curiosidad, una especie de desasosiego, inquietud o incluso temor.
Pocos años después, cuando ya estábamos frecuentando la Iglesia Adventista, mi madre me contó que, en aquellas reuniones, la señora Nieves supuestamente hacía venir el espíritu de los familiares fallecidos para que los presentes pudiesen hablar con ellos y preguntarles cosas del pasado, presente y futuro. Ella me aseguró que, en efecto, se oían voces y ruidos. ¿Qué voces? ¿Quién respondía a las preguntas que les hacían? ¿Cómo debemos interpretar el episodio de Saúl y la pitonisa de Endor?
Elena de White nos advierte sobre la comunicación con los muertos: “Satanás puede evocar ante los hombres la apariencia de sus amigos fallecidos. La imitación es perfecta; los rasgos familiares, las palabras y el tono son reproducidos con una exactitud maravillosa. […] Debemos estar listos para resistirles con la verdad bíblica de que los muertos no saben nada y de que los que aparecen como tales son espíritus de demonios” (El conflicto de los siglos, pp. 504, 547).
Pero no siempre en esas apariciones engañosas los espíritus dicen mentiras. En el caso de Saúl a la pitonisa de Endor, el demonio habló como si fuera el difunto profeta Samuel anunciándole la tragedia de lo que iba a ocurrir. “Al predecir la perdición de Saúl por medio de la pitonisa de Endor, Satanás quería entrampar al pueblo de Israel. Esperaba que llegase a tener confianza en la pitonisa y se viera inducido a consultarla.
Así se apartaría de Dios como su consejero, y se colocaría bajo la dirección de Satanás. […] El mensaje del demonio para Saúl, a pesar de que denunciaba el pecado, no tenía por objeto reformarlo, sino incitarle a la desesperación y a la mina” (Patriarcas y profetas, pp. 675, 676).
El profeta Isaías nos interpela: “Si os dicen: “Preguntad a los encantadores y a los adivinos, que susurran hablando”, responded: “¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos por los vivos?” ¡A la ley y al testimonio! Si no dicen conforme a esto, es porque no les ha amanecido” (Isa. 8:19, 20).
Recuerda que Dios espera que lo busques a él. No hay nada que buscar en el mundo de las tinieblas.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2015 Pero hay un DIOS en los cielos…
Por: Carlos Puyol Buil
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