Hace algo más de un año hablábamos de una cuchara con estabilizador integrado que permitía facilitar la vida a aquellos afectados por la enfermedad de Parkinson.
El prototipo era realmente esperanzador, y las pruebas con pacientes demostraban una increíble adaptación con el dispositivo, el cual les permitía llevarse una cucharada de sopa sin miedo a derramarla.
Hoy la alumnos del Royal College of Art y el Imperial College London nos sorprenden con un dispositivo que recuerda bastante a la cuchara, pero que en su caso tiene como objetivo luchar contra la llamada Micrografía que produce el Parkinson.
Este síntoma produce que los afectados tengan una caligrafía realmente pequeña y que en ocasiones apenas se puede entender. Esta manifestación de la enfermedad empeora con el tiempo, y es ahí donde entra en juego el lápiz ARC. Este dispositivo incorpora una serie de motores que se encargan de corregir el temblor de la persona con el fin de ofrecer mayor control en la escritura. De esta forma los afectados con Parkinson conseguirán realizar trazos con mayor control y los caracteres serán de mayor tamaño y mucho más legibles.
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