Hace algo más de un año hablábamos de una cuchara con estabilizador integrado que permitía facilitar la vida a aquellos afectados por la enfermedad de Parkinson.
El prototipo era realmente esperanzador, y las pruebas con pacientes demostraban una increíble adaptación con el dispositivo, el cual les permitía llevarse una cucharada de sopa sin miedo a derramarla.