¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia. El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados. Miqueas 7:18, 19.
¿Qué es la misericordia, que tanto deleite produce en Dios? Es la
actitud de compasión, de tolerancia, de paciencia, de salvación, de ayuda, que
alguien tiene cuando puede captar la situación desesperante del otro, su dolor,
su degradación, su miseria, su desesperanza.
Dios, con su corazón
lleno de amor, puede ver lo que otros no ven y sentir lo que otros no sienten;
puede penetrar hasta nuestras más hondas desgracias y sufrimientos, y hasta la
gravedad de nuestra condición pecaminosa. Sabe el peligro en el que nos
encontramos, y se conmueve hasta lo más profundo de su ser, porque puede atisbar
con claridad cuál será nuestro destino, a menos que escuchemos su voz y nos
detengamos en nuestra alocada carrera hacia la perdición.
Por eso, nuestro texto
nos habla de la disposición de Dios a perdonarnos y olvidarse de nuestras
maldades; disposición que está basada en su inmensa misericordia, que es uno de
sus grandes placeres. No solo contiene una descripción del carácter de Dios, al
decir que “se deleita en misericordia”, en vez de deleitarse en tu destrucción;
también contiene una promesa inconfundible de seguridad de su perdón para tu
vida.
No permitas que tu
sentimiento de culpa te juegue una mala pasada hoy. Seguramente, si has fallado
en algo grave, es natural que por un tiempo te sientas muy mal, y este
sentimiento puede hacerte creer que también Dios está enojado contigo, que te
rechaza y abandona. Pero solo se trata de un sentimiento subjetivo, que nada
tiene que ver con la realidad objetiva revelada por Dios en su Palabra.
Nuestro texto dice que
Dios no solo perdona nuestra maldad, sino también se olvida de nuestros pecados.
Además, nos asegura que, en caso de que volvamos a caer, “volverá a tener
misericordia de nosotros”; todas las veces que sea necesario. Total olvido;
total perdón, sin pase de facturas ni reproches; arroja nuestras culpas donde no
puedan ser sacadas a flote; asunto enterrado.
Lecturas devocionales para Jóvenes 2015
“El tesoro escondido” Por: Pablo Claverie
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