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Las misericordias de Jehová cantaré perpetuamente. Salmo 89:1
Querido hijo:
Te saludo con mucho cariño, y también a tu querida esposa y a tus tres hijitos preciosos, deseando que estén gozando de las maravillosas bendiciones de Dios. Al despertar, mi primer pensamiento fuiste tú. Pudo haber sido otra persona, o alguna de las tantas cosas que ocupan mi tiempo, o uno de tus hermanos, pero solo tú estabas en mi mente. Oré a Dios y dije: “Señor, cuida a mi hijo. Protégelo si está en peligro. ¿Por qué lo traes a mi mente, Señor?”. Eran las cuatro de la mañana.
Hijo, nunca dejes de agradecer a Dios por todo lo que te ha protegido y bendecido hasta ahora; pero especialmente por el milagro que hizo cuando te sanó de la leucemia. Estabas al borde de la muerte, y le dijiste a tu padre que no se preocupara, que estabas listo para aceptar la voluntad de Dios. Como eres enfermero, sabías perfectamente lo que significaba tener leucemia. Podías morir en cualquier momento. Cuéntales a tus hijos esta historia del milagro que Dios hizo por ti. Diles que Dios no hace milagros a medias.
Los hace completos y perfectos. Por eso pudiste tener hijos después de tanta quimioterapia. Ellos son la mejor prueba de ese milagro. Enséñales a orar y a ser agradecidos con el Señor por tantas cosas buenas que hace por ellos, y diles que Dios los ama. Cuando uno cree en Jehová de todo corazón, tiene un ángel que lo acompaña y lo protege de los peligros.
La oración es muy importante; es una gran bendición. Si Jesús, siendo el Hijo de Dios y nuestro Salvador, oraba a diario y pedía la ayuda de Dios, cuánto más nosotros debemos y necesitamos orar para que Dios nos ayude, y nos guarde de la tentación y del peligro.
Siempre fuiste un hijo obediente y dispuesto a recibir consejos. Eso te lo agradecemos grandemente. No permitas que las obligaciones y las responsabilidades te quiten el tiempo que debes dedicar a Dios. Es importante, y una gran bendición, tomar unos momentos para hablar con el Señor antes de empezar las tareas del día. Las bendiciones de Dios se multiplican cuando damos a Dios el tiempo y el dinero que le pertenecen.
Hijo, te amamos y estamos orgullosos de ti.— Esperanza Benavides.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA LA MUJER 2015 Jardines DEL ALMA
Recopilado por: DIANE DE AGUIRRE
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