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Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis. Mateo 21:22
Los hijos son un don de Dios y nosotros somos sus mayordomos. Pero ¿cómo saber que estamos cumpliendo bien nuestro trabajo? La Palabra dice: “Instruye al niño en su camino” (Prov. 22: 6). Enseñémosles a amar a Jesús, a estudiar su Palabra, a pedir a Dios todo en oración y a recibir con confianza su respuesta.
Mi hijo Rolandito tenía nueve años. Estábamos en la Sociedad de Jóvenes, en un programa de homenaje a las madres. A medida que llegábamos, nos daban a cada madre un número. En el frente había una mesa con regalos, que iban a ser entregados en el transcurso del programa. Rolandito se sentó en el primer banco. Luego de un rato, observé que cerraba los ojos por momentos, con tal expresión en su frente que me hizo pensar que se sentía mal. Después de ver varias veces ese gesto, envié a su hermanita para que le preguntara qué le pasaba. “Nada”, contestó, así que dejé de prestarle atención.
El programa continuó hasta que, ya casi al final, solo quedaba un regalo en la mesa. Llamaron el último número y ¡era el mío! Había ganado un plato de bambú.
Al salir del templo, Rolandito me dijo: “Mami, ese regalo es mío; Dios me lo dio. Yo le pedí que tú ganaras un regalo y que ese sería mi regalo para ti en el Día de la Madre”. A lo largo de mi vida había recibido muchos regalos, pero ninguno fue más valioso que ese, pues fue la respuesta de Dios a la oración de mi niño. Y en muchas ocasiones, vimos cómo Dios le contestaba sus oraciones con un “sí”.
Cuando tenía solo doce años, le pidió que Dios lo sanara de un cáncer. Esta vez, Dios le dijo “no”. Sin embargo, él pudo entonces decir a su papá: “No te preocupes, papi. Dios sabe que yo puedo con esto. La muerte es solo un sueño y, cuando venga Jesús, yo despertaré y estaremos juntos para siempre”. Yo sé que en el Libro de la Vida está el nombre de Rolandito, un niño de fe.
Que Dios te ayude a ser un fiel mayordomo de tus hijos, a prepararlos para la vida presente y, sobre todas las cosas, para el reino de los cielos. Porque el que ha de venir vendrá, y no tardará.— Nazira Khan.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA LA MUJER 2015 Jardines DEL ALMA
Recopilado por: DIANE DE AGUIRRE
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