Jehová cumplirá su propósito en mí; tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; no desampares la obra de tus manos”.
Salmo 138:8.
Me parece que fue ayer cuando escuchaba, por primera vez, las hermosas historias bíblicas contadas por una maestra de escuela sabática infantil. Los materiales de colores y los gestos tan reales me hacían vivir momentos inolvidables. Como niña, las vivencias que originaban estas historias en mí eran tan especiales, que yo deseaba que no terminaran, quería retenerlas para siempre. Realmente esas historias eran contadas con mucha dedicación y destreza, y detrás de ellas había un don singular.
Así transcurrió mi niñez, me trasformé en una señorita, terminé el colegio secundario y luego la universidad. Con el tiempo, al participar de las actividades de la iglesia, me pidieron que contara una historia. Cuando escuchaba a mis maestras parecía una tarea atrapante y sencilla, pero para mí fue un fracaso.
Los nervios me traicionaron, me olvidé de los detalles y terminé la historia en un santiamén. Se me agotaron las palabras, me ofusqué, mezclé los hechos y por supuesto, el final no fue aleccionador para nadie. La narración de historias necesita un don especial: el toque hábil del Maestro de los maestros, Jesús. Solo así llegarán al corazón de los niños.
Elena de White escribió: “En las profesiones más comunes de la vida, hay muchos hombres [y mujeres] que cumplen sus trabajos diarios, inconscientes de que poseen facultades que, si fuesen puestas en acción, los pondrían a la altura de los hombres [y mujeres] más estimados del mundo. Se necesita el toque de una mano hábil para despertar esas facultades dormidas” (El Deseado de todas las gentes, p. 215)*.
Querida amiga, todas hemos sido dotadas de diversas facultades que muchas veces no desarrollamos como Dios quiere. Somos la mano que Dios extiende a nuestra familia, a la iglesia y a la comunidad. Si ofrecemos nuestras habilidades al Señor, él les dará el toque maestro que solo él puede dar y muchos se verán beneficiados mediante ellas. Entonces podremos afirmar: “Jehová cumplió su propósito en mí”.
Maritza Heidinger de Delgado, Perú
* La declaración entre corchetes ha sido incluida por la autora
LECTURAS DEVOCIONALES PARA LA MUJER 2014
”DE MUJER A MUJER” by: Pilar Calle de Henger, Imagen by: v3wall.com
0 comentarios:
Publicar un comentario